Ayer todas las estrategias morenovallistas de guerra sucia fracasaron. Ni el manejo de toda la estructura estatal a favor de los candidatos del PAN para evitar el peor escenario para el grupo en el poder.
El PRI logró arrebatarle ocho de los 16 distritos electorales en disputa. Y pelea el noveno en el distrito 11.
El boquete que el PRI le propinó al morenovallismo tendrá reacciones inmediatas en el grupo en el poder. Sobre todo, porque no tenían contemplado perder ningún distrito de Puebla capital y resulta que perdieron el 50 por ciento —distrito 6 y 12—, lo que es evidente el voto de castigo afectó a los candidatos del PAN y el voto duro del panismo tampoco salió a votar. Los efectos serían mayores si se concreta el triunfo tricolor en el distrito 11.
Sin duda, ayer las estructuras pesaron más que la espontánea participación ciudadana. La elección de diputados en Puebla dejó un saldo de una persona muerta en el municipio de Libres, el militante priista, Pablo García Orozco; 20 personas heridas en San Martín Texmelucan y la presencia de grupos de choque en distritos como el 7 de Tepeaca, así como denuncias de compra de voto en distintas demarcaciones.
La elección develó la manera cómo funcionarios del gobierno de Rafael Moreno Valle presionaban a diputados locales para ganar la elección, confirmando las sospechas de analistas y de críticos de la abierta intervención gubernamental en los comicios.
Organismos empresariales como la Coparmex estimaron la participación de votantes por debajo del 30% y deploraron la falta de participación electoral.
Y esto es lo más preocupante de la elección de ayer.
El abstencionismo alcanzó cifras superiores a las pronosticadas, que ponen en duda la legitimidad de los candidatos ganadores y de la representatividad de los mismos.
Cifras de la iniciativa privada revelan que en promedio se emitieron un millón 314 sufragios de un total de 4 millones 366 mil personas con posibilidades de sufragar en el territorio poblano.
Es decir, el costo del voto de 103 pesos por ciudadano que acude a las urnas en el estado de Puebla; “el costo de cada voto se incrementa en un 333 por ciento, lo que representa 343 pesos por voto, lo que es carísimo y sale de toda proporción en la sociedad actual”.
En pocas palabras, la elección de este domingo, hubo poca participación y hechos de violencia. Fue una jornada electoral con apatía ciudadana, con enfrentamientos y guerra sucia por parte del gran alquimista.
Que una vez más entrega malas cuentas para Acción Nacional. De mantenerse la tendencia, el PAN-morevallista ganaría nueve distritos con una votación de 335 mil 687 votos, contra 372 mil 301 votos pero el triunfo en siete distritos. Sin duda, los números no le cuadran al grupo del morenovallismo.
En fin, la debacle electoral del morenovallismo comenzó; ni las artimañas electorales ni la guerra sucia pudieron mantener los resultados favorables de anteriores elecciones.
La debacle del gran alquimista

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