Luego de la aprehensión de siete estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla, que resultó un total fracaso para la Procuraduría de Puebla, llegó una llamada desde la oficina del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para ordenar su liberación.
Cuentan las malas lenguas al interior de la Secretaría General de Gobierno de Puebla que la llamada fue un balde de agua fría, en donde se les hizo ver lo álgido de las elecciones en el país, como para que encendieran un foco rojo más a un día de los comicios.
La llamada fue entre los más altos niveles.
Con esa presión social y federal, al revisarse que realmente no había pruebas contundentes, se determinó la liberación.
Ahora surge la natural pregunta de ¿quién deberá ser sancionado por privar de la libertad a los jóvenes ilegalmente?
Lo cierto es que ya se fragua una denuncia penal contra quien corresponda.


Los efectos
Después de los resultados electorales del pasado domingo, surge mucha expectativa, sobre todo con el futuro político en Puebla, ante el cambio de gobernador venidero.
Ante la falta de figuras priistas, de manera natural los ojos se posaron sobre los priistas Víctor Manuel Giorgana Jiménez y Alejandro Armenta Mier para ocupar la candidatura al cargo llamado “mini gobernador”.
Y es que el próximo mandatario estatal estará en Casa Puebla solo un año ocho meses, debido a que busca empatar las elecciones federales con las estatales.
Quien inmediatamente negó esta posibilidad y por ende ser un “diputado chapulín” es Alejandro Armenta.
Pero lo hizo por la sencilla razón que quiere ser gobernador de un sexenio completo y las miras estarán enfocadas para 2018 y no 2016.
Quien sí mira con buenos ojos esta situación es Víctor Manuel Giorgana Jiménez; además, hay que recordar ha vencido ya dos veces al morenovallismo en las urnas.
Ahora en la resaca de la victoria, ya se analiza, hacen cuentas y días para ver cómo enfrentar esta posibilidad.
Otra ventaja que tiene Giorgana para ser el mini gobernador, es la cercanía que tiene con el exmandatario Melquiades Morales Flores, quien a su vez es el priista, más beneficiado del actual sexenio, por lo que es visto no con malos ojos desde el cerro de Loreto y Guadalupe.
Aunque pareciera que faltan muchos meses, ya se hacen los balances en el PRI nacional, porque el tiempo es oro.

El comisionado chapulín
Aún no termina su gestión y el próximo año iniciaría con el cargo de la presidencia de la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP) y ya quiere saltar como “chapulín” a otro cargo.
Se trata nada menos que de Federico González Magaña, quien busca ser parte de los nuevos consejeros del Organismo Público Local Electoral (OPLE).
Con esto desnuda lo que ya se sabía desde antes: su real compromiso con la transparencia.
Al fin que lo suyo, lo suyo, es lo electoral, como lo demuestra su curriculum.
Lo de transparencia era nada más por no quedarse desempleado y con su chamba lo está demostrando.