El pasado 28 de mayo, en esta columna, les anticipé los alcances del ambicioso proyecto morenovallista, el cual contemplaba colocar a cuando menos cien de los quinientos diputados en San Lázaro.

Sin embargo, el fracaso electoral de Moreno Valle en todo el país lo llevó a ver como de un centenar de diputados incondicionales, este se redujo a poco menos de cincuenta.

Para comprender mejor el frustrado proyecto del gobernador poblano, me permito retomar un fragmento de mi citada columna:

Contracara 28 de mayo

El arcoíris legislativo de RMV

 

Como parte del proyecto presidencial del ambicioso Señor de los Cerros, está la conformación en la próxima legislatura federal de una bancada especial, conformada por diputados de todos los partidos políticos y provenientes de todos los estados del país.

El maquiavélico plan inició desde hace un par de años, y tiene como fin crear una fracción parlamentaria única en su género, a la que pertenecerán diputados de todos los partidos y de todos los rincones del país, todos con un denominador en común: un agradecimiento pleno hacia Rafael Moreno Valle, quien ha creado una red de apoyos financieros y electorales, con el fin de hacerlos sentir que sin su mano, jamás habrían alcanzado sus respectivas curules.

Más allá de sus compromisos partidistas, Moreno Valle se ha dado a la tarea de conformar su propia bancada, la cual —según sus cálculos— podría rebasar el centenar de curules.

Independientemente de las diputaciones que obtenga el pan, quedarán divididas entre Maderistas, Calderonistas y Morenovallistas; el gobernador poblano sumará a su lista de incondicionales a un grupo de perredistas operados por Luis Maldonado, con el aval de los Chuchos y de Luis Miguel Barbosa.

Los pocos diputados turquesas de Nueva Alianza, serán sometidos a los caprichos morenovallistas, merced a la vigente complicidad con Elba Esther Gordillo.

Y en esta lista no podían faltar algunos priistas, que bajo el agua operarán en favor del Señor de los Cerros, incluidos los de Antorcha Campesina.

En esa lógica, la insistencia de Moreno Valle para que Gustavo Madero apareciera en un lugar de privilegio dentro de la lista de diputados plurinominales era fundamental para coronar el proyecto.

La correcta lectura de Madero, impidió concretar el proyecto, sabedor de que su futuro opositor llegaría en el 2017 a arrebatarle el control de la fracción azul en San Lázaro.

Sin embargo, es un hecho que Moreno Valle pesará en la próxima legislatura y que desde ahí, con posiciones clave en personajes como Roberto Moya y Luis Maldonado, buscarán catapultar el sueño presidencial morenovallista.

Sin duda, el arcoíris legislativo morenovallista será un acontecimiento inédito en la historia de este país, en donde las absurdas aberraciones son parte de la picaresca política mexicana.

 

Tras la obligada cita, debo decir que el gozo se fue al pozo.

De los cien proyectados solo les quedaron 50 y la mayoría de ellos pipitilla.

Y sin duda, el más grave error de cálculo fue el haber colocado a su principal operador financiero Roberto Moya en la novena posición de la lista plurinominal, lo cual lo margina de alcanzar una curul.

Es decir, que el hombre de los dineros se quedará sin fuero federal, pese a la enorme cola que arrastra.

La derrota panista del domingo 7 no solo marginará a Moya de la presidencia de la Comisión de Hacienda, sino que lo dejará sin la protección del fuero legislativo.

Y por si fuera poco, el otro que maneja el segundo cochinito para la campaña presidencial y los tesoros obtenidos en el sexenio es Cabalán Macari, quien fue asegurado por partida doble como suplente, y aunque perdió la elección uninominal, podrá obtener un fuero de emergencia, al ser suplente de Eukid Castañón en la plurinominal.

Al final de la historia, por más que algunas diligentes plumas del Señor de los Cerros quieran reinventar el ábaco para demostrar que Moreno Valle ganó la reciente elección, la realidad es que de los 100 calculados, no llegaron ni a cincuenta y se le quedó fuera uno de los más importantes para afianzar los sueños de opio del mandamás estatal.

Y si un buen consejo están dispuestos a aceptar, es que Moya terminando el sexenio salga disparado del país, para evitar daños mayores.

Y si no, al tiempo.