El primero de julio de 2014 se estrenó la polémica #leybala, aprobada por los diputados morenovallistas para dar manga ancha a los policías para frenar la protesta callejera.
Más de mil500 pobladores de las juntas auxiliares de la Sierra Negra se manifestaron en contra de la reforma a la Ley Orgánica Municipal, que se convirtió en una bomba de tiempo, que terminó por estallar el 9 de julio de 2014, fueron las primeras víctimas de las ocurrencias del gobierno morenovallista.
Los pobladores de la Sierra Negra bloquearon la carretera federal Tehuacán-Puebla bajo la consigna: “Queremos el Registro Civil ennuestras comunidades”.
El gobierno de Rafael Moreno Valle privilegióel uso de la fuerza, la violencia y la represión sobre el diálogo. Los elementos de la Policía Estatal disuadieronla protesta pacífica mediante el uso de gaslacrimógeno y balas de goma.
El saldofue la detención de ocho manifestantes, entre ellosel presidente auxiliar de Magdalena Cuayucatepec, además de una docena de lesionados.
En esa ocasión, advertimos que la política de terror que se había convertido en una práctica diaria en la actual administración, no tardaba en revertirse y el costo sería muy elevado.
Y así aconteció, el 9 de julio, ocho días de la violenta represión de los pobladores de la sierra Negra, se volvió a utilizar la #leybala.
La orden como se ha documentado en Intolerancia Diario fue dispersar el bloque de la autopista a Atlixco, sin mediar negociación.
El resultado de la brutal represión terminó el 19 de julio, con la muerte de un niño de 13 años, que fue golpeado con un proyectil lanzado por la policía.
Después de este mortal acontecimiento, los diputados trataron de parchar la #leybala, como un acto de desagravio.
Al final, como ha sido la característica de los diputados morenovallistas, se entramparon y no pudieron ni derogar la #leybala ni suavizarla.
Hoy la ley que facultó la excesiva fuerza de la policía duerme el sueño de los justos en la congeladora legislativa.
Ningún diputado local se atreve desempolvar esta ley que marcó para siempre al gobierno morenovallismo, como uno de los gobernadores más represores de la historia de Puebla.