Una carta llegada a esta columna además de volver a reiterar las carencias y los actos de corrupción en las que incurren al menos cinco directivos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cholula, revela el regreso a este penal de Marcos del Callejo Pérez Salazar (a) "el Gerber" o "el mata taxistas", quien ya había sido enviado al Cereso de Mediana Seguridad de Tepexi de Rodríguez, ante el cúmulo de quejas en su contra por cobrar protección a internos y otra serie de abusos.

Lista de corrupción

La carta revela cinco nombres: ‎El subdirector de seguridad y custodia, comandante Cuauhtemoc Alossio Chávez; el subdirector administrativo Rodolfo Rivera Zahuita, el coordinador Fernando Roque, el jefe de grupo Jesús Espíritu del Carmen y el interno "El Gerber".

‎De entrada le comento que el Cereso de San Pedro Cholula se encuentra en condiciones deplorables.

No cuenta con pintura, las instalaciones son viejas, además de que la comida es de mala calidad.

El manejo administrativo de este penal corre a cargo de Rodolfo Rivera Zahuita, quien debe de ser investigado ya que el dinero que tiene a cargo para la remodelación, así como de los alimentos ‎y de otros gastos los ha malversado a su antojo.

‎Este funcionario junto con Cuauhtémoc Alossio Chávez Ramírez, el subdirector de seguridad son dueños de la caseta de comida, donde incluso se debería investigar la calidad de los alimentos.

Este segundo servidor público, recibe dinero por permitir la venta de películas y discos piratas, siendo este mismo quien oculta las películas cuando se entera de que habrá un operativo.

Gana dinero con la renta de televisores, dvd, grabadoras, además de que controla la visita íntima, cobrando por esta, además de que se enriquece con la renta de giros comerciales como las tienditas, donde se venden cigarros, además de tarjetas para teléfonos.

Otro de los que goza de total poder e impunidad es Marcos del Callejo Pérez Salazar, acusado de haber asesinado a dos taxistas, quien ya había sido acusado de abusar de los demás internos e incluso ya había sido trasladado a otro penal y que por alguna razón, por el momento desconocida, fue regresado al Cereso de Cholula para regresar con sus abusos.

Este interno es quien se encarga del cobro de cuotas por la venta de drogas, de alcohol, de protección y muchas otras más, dinero que lleva a los subdirectores y estos a su vez le permiten ser uno de los que son jefes de plaza del penal.

‎En el asunto del tráfico de drogas los funcionarios que llevan el control y que deberían de ser investigados por las autoridades federales son: el coordinador Fernando Roque y el jefe de grupo Jesús Espíritu del Carmen, quienes son los encargados de la distribución y el paso de diversos tipos de drogas. 

Otro asunto de impunidad es la prostitución al interior del Penal de Cholula, en este ilícito el ganón de nueva cuenta es el subdirector de seguridad, Chávez Ramírez, quien se coordina con Karem Vilchis, para abastecerse de dinero ilícito. 

Y ¿La Dirección de Centros?.

Por cierto, la carta viene acompañada de una foto suigéneris que el subdirector se tomó en el interior de este Cereso. 


Pie de foto: Funcionario del Cereso 

Narcomenudeo en la Acocota  

Por cierto, del los casos de narcomenudeo que existe en los alrededores del Mercado Acocota y de la enorme problemática que enfrentan los dueños de propiedades en la zona para enfrentar a los ocupantes que habitan o comercian en las casonas de la referida zona, es importante destacar que estas casonas fueron originalmente “mesones” que servían para que los comerciantes de Veracruz y México pudieran pernoctar en esta Ciudad que era su paso obligatorio.

La construcción de las mismas es de “limosna” es decir de una gran diversidad de materiales de mala calidad y ello ha representado un deterioro insuperable, máxime que algunas de ellas tienen 80 y 90 años de construidas. 

Hoy por hoy estos mesones son puntos de delincuencia, sus moradores enfrentan juicios de desocupación y el robo de luz, agua, señal de cable, son una constante contra los cuales ninguna empresa como CFE, Soapap, ni las autoridades ministeriales, ni judiciales hacen nada por impedirlo. 

Un caso específico es la casa marcada con el número 205 de la 18 Norte de esta Ciudad, donde sus ocupantes, no más de seis familias, viven sin pagar rentas, algunos de ellos dedicados al narcomenudeo enfrentan riñas constantes entre ellos, protegen a asaltantes de transeúntes y de casas habitación. 

La policía, sabe, ha hecho operativos y seguramente tiene identificados a los delincuentes, pero ahora dichos operativos han resultado ineficaces, pues según se ventila entre los vecinos, antes del operativo la policía toma fotografías de la zona y ello alerta para que los delincuentes cesen sus actividades por unos días y escondan en otro lugar las substancias prohibidas y los bienes robados. 

Bastaría, que un civil visite el inmueble por la noche o madrugada y pretenda adquirir lo prohibido para que le indiquen quien o quienes son los involucrados en este irregular hecho. 
Por último, los vecinos del lugar, no solo piden se realicen con más frecuencia los operativos, sino que además detengan a los delincuentes y previo el procedimiento penal respectivo deslindar responsabilidades. 

Nos vemos cuando nos veamos
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