Los spots del gobierno enfatizan que Puebla es el estado de la República que más ha acercado a la población los servicios de salud, lo cual es una realidad.
Sin embargo, la calidad no ha mejorado.
Y es que en cualquier hospital la calidad en el servicio es mala, aunada a la falta de insumos más esenciales.
No de gratis es que la Secretaría de Salud lleva en menos de 12 meses cuatro recomendaciones por la violación de derechos humanos de pacientes.
Tres de ellas las emitió en 2015 la Comisión de Derechos Humanos de Puebla y la última la Comisión Nacional (CNDH).
Así de grave el asunto.
Y es que todo deriva de la falta de recursos, planta laboral, lo que ocasiona una fuerte carga laboral a los médicos.
¿Sabía por ejemplo, que los mismos médicos tienen que comprar la papelería?
Además, se trabaja en condiciones insalubres, como los mismos galenos nos han contado.
Por ejemplo, a cada médico se le da al día una sola bata, y zapatos esterilizados para entrar al área quirúrgica.
Por lo tanto, debe de cuidar la misma de ensuciarse lo menos posible, ya que no se le dará otra, por lo que la mayoría de los galenos trabaja sucio en el resto del día.
Hasta los médicos residentes e internos, duermen en los pisos ante la falta de lugares para descanso de sus jornadas de 33 a 36 horas continuas, sin siquiera una salida a comer.
Pero no solo eso, sino que además tienen que llevar su propio material, por ejemplo, si hay que sacar muestras de sangre a los directivos de los nosocomios no les importa de dónde saquen los tubos para depositarla o hasta los frascos para la orina. El interno los tiene que conseguir.
Incluso, los médicos internos en el recién inaugurado Hospital General de Cholula tienen que llevar sus jeringas, agujas o lo que se necesite.
Así de graves las carencias y cargas de trabajo.
Por eso se dice que las cuatro recomendaciones de los organismos defensores en derechos humanos le han salido barato a la Secretaría de Salud.
Y es que no basta únicamente con acercar los servicios, sino que sean buenos.

La despedida
Por cierto, apenas fue despedida de la dependencia la encargada de la Unidad Administrativa de Acceso a la Información, Dulce Ariadna Martínez Ortiz.
Dicen que su pecado fue dar respuesta a las solicitudes sin preguntar si se podía.
Llegó en su lugar al cargo Irma Méndez Rojas, quien fuera coordinadora de acuerdos de la Comisión de Acceso a la información Pública (CAIP).
Después se fue a trabajar al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) también en materia de transparencia.
Lo cierto es que ella es una experta en esta materia y la verdadera artífice de que el TSJ fuera el primer lugar en transparencia, según el último estudio de la misma CAIP.
Mal por el Tribunal en dejarla, bien por la Secretaría de Salud en contratarla.