Las elecciones del primer domingo de junio en Puebla solo serán entre dos frentes perfectamente definidos, ninguno de los dos tienen que ver con alianzas ideológicas, tampoco son proyectos políticos coincidentes, en esencia son dos coaliciones pragmáticas que luchan por el poder.

Los que participan en estas dos alianzas, saben que sus elites políticas tienen intereses claros por ganar Puebla, como también los hay en las otras entidades en donde habrá comicios.

Sobre todo porque lo que se juega en las 12 elecciones locales, apunta de manera directa hacia el 2018.

Las reconfiguraciones internas en los partidos, las nuevas correlaciones de fuerzas entre los principales actores y la nueva geografía electoral, las podremos ver hasta después de junio, solo así nos daremos cuenta quien gano, quien se debilito y quienes se fortalecen rumbo a la sucesión presidencial.

Por lo tanto, queda más que claro en el estado y después de las designaciones oficiales del PAN y PRI, que la disputa será entre Tony Gali Fayad y Blanca Alcalá Ruiz.

Esto no quiere decir de ninguna manera que los demás partidos y sus candidatos, así como los independientes no vayan a participar o no salgan en las boletas.

Seamos claros, la confrontación ya instalada solo es de dos contendientes con partido, estructura y recursos económicos.

Posiblemente no nos guste, pero el bipartidismo sigue presente en el imaginario social y salvo algunas excepciones, los electores optaran por alguna otra opción testimonial como puede ser Morena.

Pasada esta vigilia partidaria y después de sus precampañas, hubo oportunidad de poder observar algunas escaramuzas e incipientes confrontaciones entre los dos principales aspirantes a Casa Puebla.

Creo que es muy prematuro sacar conjeturas sobre quien pudo ser mejor, lo cierto es que no se pudo apreciar algún debate serio entre ellos, fue más mediático el ruido que han hecho.

Sin embargo de algo les sirvió, puesto que en sus dos cuarteles de campaña, han modificado sus estrategias políticas y afinado sus estructuras partidarias.

Lo mismo se podría afirmar de las encuestas, aportan datos muy prematuros y tampoco muestran alguna tendencia definida. Lo que muestran las redes sociales, son confrontaciones a favor y en contra de ambos, la difusión de videos cortos es muy imaginativa y llena de adjetivos, los # hastag abundan y la guerra es muy incipiente.

Obvio nadie duda que estas herramientas jugarán un papel muy importante a la hora de las campañas formales, su uso y abuso de estas dependerá de ellos, pero sin duda alguna formarán parte de la lucha electoral.  

Pasando el registro ante el nuevo organismo electoral del INE, nos daremos cuenta que estos dos frentes electorales: PAN, PANAL, PT, PSI y Compromiso por Puebla, llamados “sigamos adelante” y por el otro PRI – PVEM, serán quienes marquen la agenda.

Luego entonces para abril, la guerra empezará entre estos dos candidatos, la lucha por los votos será su objetivo y el trabajo de sus estructuras quedará blindando en estas dos coaliciones.

El otro frente

Lo mismo pasará con los demás aspirantes de Morena y PRD, aunque en menor proporción, puesto que Abraham Quiroz, con su carta de poblanidad en mano y ya registrado dará inició a su campaña, ahora sí sin la presencia de AMLO, tendrán que demostrar al electorado que son una opción válida y con proyecto.

Sobre el aspirante del PRD, serán sus instancias nacionales las que definirán a su candidato, una situación que los coloca en desventaja puesto que no lograron hacer precampaña y saldrán al escenario muy confrontados. 

Presenciaremos campañas muy definidas entre los dos bloques antes señalados aquí, lo mismo habrá campañas testimoniales y muy marginales, también por primera vez conoceremos a los  llamados independientes, que por los últimos datos solo podrán hacerlo dos y estos fueron los que reunieron sus 125 mil firmas, los demás no lo pudieron hacer, no tienen ninguna posibilidad de triunfo, pero si influyen como bisagras electorales.

Movimiento Ciudadano y  Partido Encuentro Social siguen manejando sus decisiones y no terminan por definirse, pero sus inclinaciones apuntan más hacia la coalición “sigamos adelante”, estos partidos buscaran como mantenerse en la vida política poblana y no cometerán  errores que los conviertan en institutos partidarios marginales.

Si en el 2010 el PAN y una amplia alianza partidaria en la que participo por primera vez el PRD, lograron la llamada alternancia del poder en Puebla, desplazando al PRI quien llevaba más de 80 años gobernando el estado.

Hoy en el 2016, tendrán que demostrar que fue válida y exitosa dicha alternancia electoral, además de diferenciarse nuevamente con el Revolucionario Institucional.

Porque hoy el Revolucionario Institucional, como cualquier partido en la oposición busca suceder al PAN. Es parte de nuestra democracia, que los distintos partidos aspiren al poder o cuando pierden busquen de nuevamente hacerse de él.

Ellos lo saben, todo tiene que ver con el 2018, los políticos y sus partidos serían muy ingenuos al pensar que solo se disputan una gubernatura local.

Puebla le interesa al PAN y lo mismo que al PRI en un primer lugar, pero también le es importante a Andrés Manuel López Obrador y lo mismo que los dirigentes nacionales del PRD. Y no solamente por su amplio padrón electoral que posee, también por lo que representa en otros términos sociales y económicos.

El 2018 está a la vuelta de la esquina, sino que les pregunten a todos los actores nacionales del gobierno y de los principales partidos políticos. Por eso no se puede ver a estos procesos electorales que habrá en los diferentes estados del país de una manera meramente local.

Puebla como Veracruz y Oaxaca en esta parte del centro sur, son desde mi punto de vista elecciones muy importantes e interesantes, sin dejar de lado el proceso que se está llevando a cabo en la Ciudad de México con la elección del nuevo Constituyente.

60 días de campaña formal de los candidatos nos esperan empezando el mes de abril, por lo menos no habrá demasiada contaminación en propaganda, este despliegue será de aire y mediático. Quien sepa mover los medios y las redes sociales les estará aportando un buen plus a sus candidatos.