El día de San Isidro coincide con la celebración del Día del Maestro. Como todos los años, los gobernantes buscan congraciarse con los docentes enviando regalos a sus celebraciones sindicales, aunque en el fondo solo son valorados por el ejército electoral que representan.
Si alguien sabe lo que valen los maestros, ese es el Señor de Los Cerros.
Para su mala fortuna, la caída de su madrina lo hizo perder parte sustancial de esa fuerza política, además del maltrato al gremio magisterial que durante cinco años ha perdido muchas de las compensaciones y estímulos ganados previamente.
El día de hoy —en su íntima intimidad— el gobernador recordará con nostalgia los tiempos de gloria vividos al lado de su mentora Elba Esther.
Para nadie es un secreto que si la maestra Gordillo siguiera siendo la mandona magisterial, estaría operando a todo vapor para consolidar las ambiciones presidenciales de su pupilo.
Para mayor contexto, les comparto la columna que publiqué el 27 de febrero de 2013.
"La sombra de la madrina”
Como un balde de agua helada cayó en Casa Puebla la noticia de la detención de Elba Esther Gordillo por el desvío de más de 2 mil 600 millones de pesos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La relación de Rafael Moreno Valle con Elba Esther Gordillo se remonta a los tiempos en cuando la señora ocupó el liderazgo de la Cámara de Diputados.
En ese entonces, Melquiades Morales envió a su pupilo a granjearse a la maestra para lograr meterse al círculo de poder en San Lázaro.
Utilizando sus dotes cautivadoras, Moreno Valle fue ganándose la confianza de la mandamás del SNTE y aunque no logró el objetivo de presidir una comisión importante, recibió la Coordinación Administrativa de la cámara, pese a que Morales Flores aspiraba a una mejor posición para su exsecretario de Finanzas.
A la mitad de la Legislatura federal, Moreno
Valle solicitó licencia para alcanzar la diputación local priista por la vía plurinominal, convirtiéndose en el presidente de la Gran Comisión.
Sin culminar su gestión, Moreno Valle renunció al PRI en 2006 para asumir la candidatura al senado panista, la cual le permitió retornar al Distrito Federal, donde cerró aún más sus compromisos políticos con Elba Esther, quien decidió apoyarlo con toda la estructura magisterial en su proyecto de ser gobernador de Puebla.
Ya fuera del PRI, los dos personajes planearon el abordaje a Casa Puebla generando todas las condiciones para concretar la alianza de partidos, donde Gordillo fue parte importante de esta operación.
Hay que recordar que la maestra había jugado abiertamente con el PAN en la elección de 2006, tras su rompimiento con Roberto Madrazo, por lo que no le resultó difícil convencer a Felipe Calderón y al CEN panista de aceptar al nuevo militante como su candidato a gobernador.
En la segunda quincena de julio de 2010 la ruptura de la maestra con otro de sus ahijados, el candidato de la alianza PAN-Nueva Alianza al gobierno del estado de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, benefició de manera directa a Moreno Valle, ya que la estructura del SNTE fue trasladada en su totalidad a Puebla, abandonando a su suerte al veracruzano, quien terminó perdiendo ante Javier Duarte.
Este rompimiento cambió el rumbo de la elección poblana, donde el apoyo de Elba Esther resultó fundamental, ya que se presume que trasladó a más de cuatro mil operadores cargados de recursos para movilizar el voto en favor de Moreno Valle, los cuales originalmente se dividirían el trabajo entre Puebla y Veracruz.
Una vez convertido en gobernador electo, Moreno Valle inició con el pago de facturas entregando a la maestra un poder de decisión en la confección de su gabinete.
Cómo olvidar su toma de posesión, además de sus dos informes, donde el Señor de los Cerros le rindió sendos homenajes a su madrina política, ante la presencia de los gobernadores de los estados, en su mayoría priistas.
Existe una amplia galería fotográfica que testifica la estrecha relación entre la líder magisterial y el gobernador de Puebla en diversos actos públicos, en comidas privadas, rematando con el encuentro de Moreno Valle con la senadora Mónica Arreola Gordillo, hija de la maestra, quien fue la invitada especial en el palco principal del estadio Cuauhtémoc el sábado pasado, en el juego de la selección Sub-20.
Sin duda, este es un relato que exhibe la relación entre estos dos personajes, y explica las facturas que hasta hoy sigue cobrando el grupo de Elba Esther en Puebla."
Hoy, en el ocaso del mandato morenovallista y ante la línea descendente que viven sus aspiraciones presidenciales, el discípulo gordillista extraña más que nunca a la mujer que lo hizo gobernador y que —en teoría— lo haría presidente.
Para su mala suerte, hoy no puede estar cerca de ella, ni siquiera mencionarla.
Son los costos de esta macabra complicidad.