¿Quién dice que no nos ha alcanzado ya la delincuencia organizada?

En estos momentos ya hay una víctima de los enfrentamientos entre maleantes, del cual la Fiscalía General del Estado (FGE), va a desconocer.

Y es que tras la agresión armada en los campos deportivos de Acatzingo hay un tercer muerto, que nada tenía que ver con el robo a ductos de Pemex, ni a otro tipo de delitos.

‎Se trata de Abel Luna Blas, de 46 años de edad, recolector de tunas, originario y vecino de San Sebastián Villanueva, que su único pecado fue acudir a un partido de beisbol donde se encontraban presentes al menos dos integrantes de una banda de “chupaductos”.

José Luis Vélez Robles, ejecutado a disparos de AK-47 o "Cuerno de Chivo", era conocido como "La Pachona", era líder de un grupo de sujetos que se dedican a robar hidrocarburos, operan desde la población de "La Candelaria Portezuelo", que pertenece al municipio de Felipe Ángeles.

Diego Mauricio Hernández Rojas, quien murió en el trayecto al hospital, de acuerdo con reportes de vecinos, era el segundo al mando o lugarteniente de José Luis Vélez Robles, “La Pachona".

La ejecución de estos hombres fue la orden a la cual dos sicarios dieron cumplimiento la tarde del domingo, los demás heridos fueron "víctimas circunstanciales”.

Las víctimas

Quienes investigan lo ocurrido en este campo deportivo no descartan que haya más víctimas mortales, de los 14 heridos que se manejan, al menos dos presentan heridas graves.

Hoy no solo la Fiscalía General del Estado (FGE) se encuentra en un caso donde la población pone en duda su eficacia para exterminar a estas bandas, también el gobierno del estado debería responder por el clima de violencia que permanece en Acatzingo y en al menos otros 4 municipios del "Triángulo Dorado".

Imagine, en Acatzingo hay más de 70 mil habitantes para solo dos patrullas.

Más crimen organizado

Mientras un grupo de policías del municipio de San Salvador El Seco almorzaba barbacoa en un negocio ubicado en ‎el bulevar Huixcolotla, sujetos desconocidos forzaron las chapas de su patrulla y les robaron sus armas de cargo y hasta sus uniformes.

Se supone que los policías habían acudido a cumplir un mandato a Tecamachalco y de regreso decidieron echarse una botanita.

Por lo cual dicen que "les robaron los uniformes y las armas", se presume que se bajaron a desayunar vistiendo de civil y guardaron las armas, mientras movían el bigote, no se les ocurrió asaltarlos o agredirlos.

En otras palabras, se disfrazaron para que nadie se diera cuenta que eran policías.

Así está el miedo de la policía.

Y quienes forzaron la puerta de la patrulla de color gris con amarillo, placas SL-98-556, no debieron ser delincuentes cualquiera, fueron directo a las armas y a los uniformes.

¿Estarán preparando su propia policía?

Antes en Huixcolotla ya se habían robado una patrulla.

Ahora ¿cuántas pistolas y escopetas faltan?

En Atlixco, otra prueba de inseguridad

En el Complejo Médico “Gonzalo Río Arronte” se encuentran internadas dos mujeres que fueron atacadas a balazos cuando circulaban por una de las calles del centro de la ciudad de Atlixco, a bordo de su vehículo Peugeot de color negro.

De la agresión armada, la Fiscalía General del Estado (FGE) no proporcionó información alguna, solo se dijo que no se trató de ningún asalto porque los agresores solo alcanzaron el automóvil de sus víctimas y les dispararon.

La mujer que iba al volante recibió un disparo en el hombro izquierdo que al parecer penetró al tórax, además de causarle otras heridas, mientras que la segunda en la pierna derecha y otras partes del cuerpo.

Luego de los disparos, el vehículo quedó frente al Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial Cbtis 16, donde llegaron elementos de la Policía Municipal, así como del Estado, pero no pudieron hacer nada porque los agresores ya se habían dado a la fuga.

Paramédicos de SUMA trasladaron a las heridas al Complejo Médico para su atención médica.

De las víctimas solo se sabe que venían procedentes del estado de Hidalgo.

Así de peligroso está el municipio de Atlixco.

‎Nos vemos cuando nos veamos.