Experto en generar hoyos financieros, el Señor de Los Cerros ordenó el remate de bienes inmuebles como parte de la operación "cochinito" para terminar con una alcancía rebosante.
Si los primeros cinco años eran alarmantes por la deuda generada a través de las PPS con las cuales se construyeron el CIS, el Museo Barroco y la Estrella de Puebla, entre otras obras de relumbrón, el llamado año de Hidalgo implica un serio peligro para el futuro del estado.
Lamentablemente, los únicos que podrían levantar la voz para detener el saqueo son los diputados y hasta los priistas votaron a favor del remate de inmuebles y seguramente harán lo mismo en lo que resta del sexenio.
Dice el refrán que "tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata".
Y con su voto, todos los diputados son cómplices de la rapiña morenovallista.
Ni más, ni menos.
El doble gabinete de Gali
Incluso ganando, toda campaña genera un enorme desgaste en los equipos contendientes.
En el caso de los coequiperos de Tony Gali, hubo quienes lograron ganarse su confianza y otros que rompieron sus lazos con quien gobernará Puebla a partir de febrero de 2017.
Desde ahora hay nerviosismo entre todos aquellos que suspiran por un cargo en el gabinete.
Y es que Tony Gali no externa emociones ni deja ver sus cartas futuras.
Lo que es un hecho es que habrá dos categorías dentro del gabinete: los secretarios de cuota y los de confianza.
Los de cuota serán los pactados con los partidos y con Rafael; y los de confianza, los que realmente gobiernen.
Y en esa lógica, los de cuota estarán sitiados por subsecretarios cercanos al gobernador para evitar que causen estragos.
Si algo tiene claro Gali es que para trascender en 22 meses de gobierno, debe ser altamente eficiente desde el primer minuto de su gestión.
No habrá tiempo para sudar calenturas ni para cobrar afrentas.
Si desea dejar huella, deberá marcar la diferencia rompiendo esquemas y recuperando las condiciones de gobernabilidad.
La meta es alta y el tiempo mínimo.