La orden de aprehensión cumplida por la Fiscalía General del Estado (FGE), en contra de Federico López, líder de los vendedores ambulantes Fuerza 2000, por su presunta responsabilidad en el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, que no es otra cosa que el antiquísimo delito de ataques peligrosos, es solo otra de las amenazas sicilianas que ha emprendido el gobierno de Rafael Moreno Valle en contra de todos sus enemigos políticos y los que no lo son.
El hecho de haber aprehendido a un líder de un grupo de vendedores ambulantes, a solo unos días de que inicie el movimiento comercial “El Buen Fin”, es un "pequeño aviso" para otros líderes que ya saben.
Ahora lo saben.
Que mientras duren las ridículas ofertas de negocios establecidos no pueden ni asomar la nariz.
Es lógico, ninguna oferta de “El Buen Fin", puede competir con los precios de artículos que se ofrecen en la vía pública.
Por eso mismo los comerciantes establecidos, que dicen se trata de "prácticas deshonestas", han exigido a través de sus respectivas cámaras al gobernador que retire a los comerciantes irregulares de la competencia y los dejen estafar, perdón, ganar dinero.
No debió haber sido muy difícil planear sacar al comercio ambulante del centro de la ciudad de Puebla y de lugares donde les haga competencia a comercios que aseguran, juran que van a corriente con sus pagos de impuestos.
Si los retiraban como hicieron el 2 de julio pasado, para garantizar las ventas de papelerías y otros negocios, iban a tener una crítica muy severa.
Sobre todo porque en ese desalojo hirieron a comerciantes con disparos de armas de fuego y después se hicieron las víctimas, con sus 4 policías lesionados.
Le pregunto al lector qué haría si se encuentra en su puesto ambulante y le echan encima una patrulla para destrozarle su mercancía, además de que también pone en peligro su vida.
Por lo menos, mínimo, una mentada de madre.
Entonces el siguiente paso, como ocurrió con la agrupación de comerciantes 28 de Octubre, metieron a la cárcel a sus líderes, con cualquier pretexto.
A fin de cuentas vivimos en un estado represor, donde las leyes y el entendimiento de las mismas lo aplican a su antojo.
Con el encarcelamiento de Federico López, aunque sea por unos días, la amenaza está dada.
Faltan dos líderes por ser aprehendidos.
La moneda de cambio está en el aire.
Se van o se van.
Nos vemos cuando nos veamos.