México es, a nivel mundial, el doceavo productor de alimentos.
Durante el año 2016 el valor de las exportaciones mexicanas agroalimentarias ascendió a 29 mil millones de dólares, aproximadamente, y las importaciones fueron mayores a 25 mil millones de dólares, lo que generó un superávit de 3 mil 200 millones de dólares.
Más del 78 por ciento de las exportaciones mexicanas de alimentos se hacen hacia los Estados Unidos y representan ingresos por más de 17mil millones de dólares anuales. Esto demuestra que la dependencia comercial es muy alta.
Esta proporción de ventas mexicanas contrasta con las importaciones que nuestro país realiza desde Estados Unidos en donde destacan la adquisición de maíz amarillo, leche, trigo, soya y carne de cerdo.
Sin embargo, las condiciones políticas han cambiado con el nuevo gobierno norteamericano. Hay desconcierto aún entre sus propios productores que, al parecer, desconocen lo que su gobierno va a plantear a las autoridades mexicanas.
Hay intenciones muy marcadas de modificar las relaciones de comercio contenidas en el existente Tratado de Libre Comercio (TLC), argumentando desventajas, las cuales, seguramente, se dan en ambos países. El gobierno mexicano tampoco sabe cuál será el nuevo planteamiento comercial.
Por todo esto, e independientemente de los resultados de las posibles modificaciones, es muy alentador saber que el Presidente de la república, Enrique Peña Nieto, haya ordenado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), bajo la responsabilidad y conducción de José Calzada Rovirosa, para que se advoque a promover la búsqueda de nuevos mercados para nuestros productos y el abasto de los alimentos o insumos que hoy se importan desde el país vecino del norte.
Diversificación productiva
En lo que respecta a la producción, actualmente existe un claro crecimiento, pero también de las exportaciones. La diversificación productiva y el generar valor agregado a los productos se ha incrementado; la organización productiva y el financiamiento han sido reorientados para ofrecer mejores resultados. En los hechos se ha demostrado que hay voluntad política del ejecutivo federal para apoyar al campo, manifestada desde que era candidato a la presidencia. No cabe duda que el PRI se entiende mejor con los campesinos y sus necesidades.
Ahora México está volteando a ver hacia Europa en donde se venden ya mil 269 millones de dólares además de China, con 300 millones de dólares en exportaciones. Actualmente, se están incrementado las visitas en el extranjero para acelerar las exportaciones mexicanas, tales como un evento comercial que se realizó en Japón en fechas recientes en donde, en tan solo 3 días, representó para los productores mexicanos que asistieron, ventas de 100 millones de dólares sobre los mil 054 que ya ingresaban por la venta de productos mexicanos.
Colombia, Chile, Argentina, la Península Arábiga, Corea y Rusia son hoy posibles destinos tanto para la exportación como para el abasto de alimentos. México importa el 70 por ciento de sus fertilizantes y Ucrania es uno de los principales proveedores.
Rusia tiene interés en comprar carne de res y le interesa vender trigo. Las 2.3 millones de toneladas de maíz amarillo procedente de Estados Unidos hoy pueden venir de Brasil o Argentina. El trigo, de Rusia, Canadá y Europa. La soya, de Argentina y Brasil. El arroz, de Vietnam, Indonesia y Brasil y, los lácteos de Nueva Zelanda.
¡Muy bien, señor Presidente Peña! ¡Excelente trabajo, señor Secretario José Calzada!
Fortalecer apoyo a los pequeños productores
Para cerrar el círculo de un mayor desarrollo agroalimentario y de anticipación a los problemas del sector es necesario seguir fortaleciendo los apoyos a los pequeños productores que son una gran proporción, seguir apoyando a nuestra planta productiva, mejorar la vinculación de las universidades del sector para que atiendan con mayor intensidad las necesidades de las familias campesinas,
De manera especial, revisar los contenidos educativos para tener un mayor impacto en la solución de los problemas y necesidades que hoy no existe a los niveles que se demandan, atender las buenas prácticas productivas que recuperen los recursos naturales y hagan sustentables todas las prácticas agropecuarias y acuícolas., menos erosión de suelos, menos contaminación del agua.
Pero sobre todo, una mayor atención a la formación de los líderes que de entre los jóvenes universitarios deben surgir para hacer mejor lo que las generaciones mayores no han podido atender.
México mira hacia otros mercados, construye un mejor destino, mira hacia un futuro mejor.
* Director del Centro de Innovaciones Agroalimentarias y Tecnológicas.