Con el arraigo domiciliario decretado a favor de Rubén Sarabia, mejor conocido como “Simitrio”, se nota la mano del actual gobierno para atender las demandas de los movimientos sociales.
Muy contrario al morenovallismo, que acumuló más de 240 presos políticos, la mayoría de ellos ha salido absuelta.
Para “Simitrio” será la segunda vez que saldrá de prisión, ya que ha sido aprehendido en dos ocasiones durante gobiernos muy similares que se caracterizaron por violar los derechos humanos y fabricar pruebas, estos son el de Mariano Piña Olaya y por supuesto el de Rafael Moreno Valle.
Fue en julio de 1989 cuando se inició la persecución en contra del líder de los ambulantes por no querer pactar con Piña Olaya, la exigencia era que su agrupación se afiliara al PRI, pero esto fue rechazado.
Periodistas que fueron testigos de los hechos, recuerdan que el motivo por el cual lo detuvieron la primera ocasión fue después de un cateo a sus oficinas ubicadas en la 14 Poniente y 5 Norte, muy cerca del Cine México, pues los comunicadores fueron citados a las 16 horas, pero se les permitió el acceso hasta las 18 horas, mientras veían a unos 50 metros del lugar cómo ingresaban dos camionetas de la Policía Estatal al lugar.
Cuando los dejaron entrar, fueron testigos del show, pues llamaron a un cerrajero para que abriera el escritorio metálico de “Simitrio”, y la sorpresa fue que los cajones estaban llenos de marihuana.
Posteriormente, sacaron un cartucho de dinamita, aparecieron debajo de los automóviles que estaban en el lugar pistolas y escopetas viejas, y la cereza del pastel fue cuando el equipo antibombas salió con una caja de madera de empaque muy limpia, con bombas molotov, solo que estas llevaban la etiqueta “28 de Octubre”, en sí, una farsa.
Días después fue detenido “Simitrio”, quien no quiso huir y lo acusaron de delincuencia organizada, acopio de armas, secuestro y narcotráfico; salió libre hasta 2002.
El 19 de diciembre de 2014 nuevamente fue aprehendido y los delitos por los cuales se le acusaba eran los mismos y aparecieron nuevamente “pruebas”.
En sí, vemos a dos gobernadores muy similares que no aceptan a un disidente.