Después de ser testigos de la derrota obtenida por el Puebla de la franja el sábado pasado en el estadio de Chivas donde de manera sospechosa el arquero argentino Cristian Campestrini regaló en el último minuto la victoria al equipo de Matías Almeyda, me queda claro que algo turbio sucedió con el portero en el último torneo y en especial desde el asunto de la pistolita de balines con la que él y Matías Alustiza se divertían lastimando a transeúntes poblanos en las calles de la Angelópolis.
En esta temporada suman ya nueve puntos dejados en el camino por el equipo camotero ante los errores (todos de último minuto) del arquero pampero.
Sin contar el error de la temporada pasada en el Cuauhtémoc frente a Pachuca que terminó por quitarle dos puntos al equipo, en aquel entonces de Valiño, y la desastrosa actuación en Tijuana frente a Xolos donde se comió seis y cuatro fueron su responsabilidad.
En esta temporada y ya bajo el mando de Cardozo, precisamente en el debut del mismo, regaló el empate a un Atlas que había sido superado en todo momento por el equipo camotero, posteriormente frente a Morelia hace apenas unas cuantas semanas regala la victoria a los purépechas en el último suspiro, en un juego trascendental en el tema del descenso y para terminar de disipar las dudas, si es que aún quedaban, el sábado pasado de una manera burda, rara, incomprensible y llena de sospechas, deja un balón suelto cuando quedaba un minuto, argumentando que no se dio cuenta que tenía un jugador del Guadalajara a sus espaldas y que terminó por robarle la pelota y determinar la derrota camotera otra vez en el último suspiro.
Sospechosismo
Innumerables muestras de rechazo se manifestaron durante todo el fin de semana, en especial en las redes sociales, donde la gente que no es tonta sospecha ya de que algo turbio rodea las actuaciones del guardameta de la franja.
Muchos, por no decir todos, exigen se realice una investigación exhaustiva en relación al actuar del argentino, y es que es difícil creer que un verdadero 'coyote del área' como Campestrini, experto en manejo de partidos y en consumo de tiempo, no se haya percatado que tenía a un jugador rival a sus espaldas faltando un minuto y jugándote la permanencia, a sabiendas que el punto si no era definitivo, si era de vital importancia para salvar la categoría sobre todo por la cancha donde se estaba obteniendo.
Los aficionados poblanos exigen, de principio, banca para el sudamericano y después una investigación rigurosa que deje en claro si el guardameta actuó de mala fe o si de verdad es inocente y sólo víctima de sus propios errores.
En lo personal conozco casos de partidos amañados, no digo que sea el caso, pero sí sería importante por lo pronto separar de la titularidad al arquero y no correr más riesgos innecesarios a sabiendas de lo que se está jugando en los cinco partidos que quedan y donde tanto dinero e intereses se mueven por lograr la salvación de la categoría.
La directiva del Puebla debe actuar en consecuencia para despejar las malditas dudas que se ciernen sobre la actuación del arquero argentino.
Sé de buena fuente que las lágrimas que el arquero ha derramado en entrevistas posteriores a sus terribles errores son producto de que sabe bien que este es su último torneo con el equipo pase lo que pase, situación que incluso ha comentado con sus propios compañeros de equipo.
Qué caso tiene alinear a alguien que sobre sus hombros existe la sospecha de la traición y que además sabe que ya no seguirá el próximo torneo, qué interés puede tener en salvar realmente a la escuadra cuando tiene claro que sus días en Puebla están contados y no pasan de más de un mes.
A los aficionados poblanos la maldita duda nos mata, la duda nos carcome.
Se viene el martes el partido en Veracruz y el próximo domingo se recibe al Cruz Azul, y créame, amigo aficionado, que si no se logra al menos un punto en el puerto jarocho, la cosa se va a poner color de hormiga.
Las posibilidades de Lobos BUAP
Llega el fin de un torneo complicado para los universitarios donde las cuchilladas arbitrales terminaron por complicarle una posible clasificación, además de derrotas que quizás no estuvieron presupuestadas.
Como sea, la posibilidad de meterse a la liguilla aún está latente, aunque para que eso ocurra se debe de derrotar sí o sí al equipo de los Leones Negros de la UdeG el próximo sábado de gloria en el bonito estadio de CU.
Además se debe esperar algunos resultados de los equipos que aún buscan un boleto a la fiesta grande de la liga de ascenso.
Veamos:
Los de la BUAP ocupan actualmente el noveno lugar de la tabla general con 24 puntos, adelante de ellos están Bravos de Ciudad Juárez con 25, Cimarrones con 26 y Coras de Tepic con 26.
Se necesita, como le comentaba, ganar para llegar a 27 unidades y esperar que Bravos empate o pierda en su partido frente a Celaya o que Cimarrones de Sonora empate en su partido frente a Mérida, pues ahí la diferencia de goles beneficia a los licántropos, o que Coras de Tepic pierda su partido frente a Mineros de Zacatecas o en el último de los casos que Zacatepec pierda frente a Alebrijes de Oaxaca lo cual por diferencia de goles también le daría el pase a los universitarios.
Como podrá ver, todas estas posibilidades están supeditadas a que los Lobos BUAP logren la victoria en casa el próximo sábado, pues a mi parecer, si se logra el triunfo, algunas o al menos una de estas combinaciones se puede dar.
Como aficionados no queda más que acudir a CU a apoyar al equipo universitario para que el objetivo primario se pueda dar.
Nosotros como siempre veremos y diremos.
Hasta la próxima.
Twitter @pepehanan