Una solicitud de acceso a la información realizada por Intolerancia Diario, desnuda a Morena como un partido sospechosamente opaco y hermético.
La petición del reportero Jorge Castillo para conocer los detalles de la encuesta que convirtió a Luis Miguel Barbosa en el coordinador estatal y, en consecuencia, virtual candidato a gobernador, obtuvo una reveladora negativa por parte de la dirigencia estatal del partido lopezobradorista.
La respuesta para un partido que plantea la renovación de nuestro sistema político es francamente decepcionante.
No sólo se negaron a entregar los resultados de la encuesta al reportero, sino que además decidieron resguardar la información para que no se pueda hacer pública hasta el año 2022.
¿Qué, acaso no una de sus premisas como partido es la lucha contra la opacidad, la impunidad y la corrupción?
Ocultar información sobre un proceso interno del partido atenta contra la transparencia y abre serias dudas sobre los supuestos procesos democráticos de Morena.
¿Cómo creer en la cruzada contra la corrupción de AMLO, si ocultan la información de las encuestas con las que definen a sus candidatos?
Si para algo como la definición de candidatos se atreven a clasificar datos, ¿qué harán con los procesos de licitación de obras y compras en caso de ganar la Presidencia?
Una de las prácticas más reprobables durante el sexenio de Moreno Valle en Puebla fue, precisamente, el haber clasificado información hasta por 30 años sobre los contratos de PPS que generaron la multimillonaria deuda disfrazada que dejó en quiebra al estado.
Esa deuda escondida en expedientes resguardados ha sido abordada y criticada por el senador y virtual candidato Luis Miguel Barbosa como parte de sus señalamientos contra el morenovallismo; el problema es que exactamente con la misma argucia legal con la que el ex gobernador ocultó el endeudamiento histórico, ahora Morena encubre la encuesta con la que harán candidato a Barbosa.
Ver para creer.
Pensar que por ser de colores distintos, nuestros políticos van a actuar de manera distinta es tan iluso como creer en los Reyes Magos a los 20 años.
Lo que provoca la ambición y la avaricia por el poder es simple condición humana.
Todos son lo mismo.
La historia de la encuesta
Para entender mejor lo que hay detrás de la sospechosa encuesta de Morena, permítanme retomar mi columna publicada en octubre del año pasado, la cual explica el por qué ahora esconden ese estudio demoscópico. Veamos.
El método siniestro de Morena
Cuando creíamos que en materia electoral ya lo habíamos visto todo, y que los priistas ya habían agotado todas las argucias disponibles para hacer y deshacer al interior de su partido, apareció AMLO y nos demostró que los magos de la alquimia política eran unos aprendices a su lado.
Para evadir los controles de la ley y poder hacer campaña sin incurrir en actos anticipados de campaña y disfrazar el dedazo, AMLO creó la figura de los Promotores de la Soberanía Nacional. Al ser observado por el INE, solo le cambió el nombre y de Promotores de la Soberanía Nacional, pasaron a ser Coordinadores de Organización, que para fines reales, son candidatos disfrazados.
Pero la estrategia macabra no queda ahí, ya que para la designación de los Coordinadores, se propuso un método que a primera vista parece democrático.
Cada Comité Estatal propone a tres aspirantes y el nacional suma dos.
Los cinco son encuestados y el mejor posicionado es el Coordinador y virtual candidato a gobernador.
Sin embargo, la trampa es muy sencilla. Nadie sabe nada de la encuestadora. Todos deben confiar en AMLO, quien es el único que conoce al supuesto encuestador, quien le entrega los "resultados" y de ahí él decide quién es el vencedor.
Quienes entienden de esto, saben que para levantar estudios demoscópicos en todo el país, para sacar candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados, se requiere de un ejército de encuestadores experimentados, los cuales se pelean las empresas cada vez que necesitan trabajar en campo.
En pocas palabras, es materialmente imposible que exista una encuestadora de Morena, para poder realizar estos estudios.
Es evidente que la única encuesta existente es la que vive en la mente de López Obrador, quien decide a través del mismo método que conoció desde sus tiempos de priista: lo que diga su dedito.
De ahí que lo de Puebla sea —al igual que en el resto del país— un absoluto misterio.
Hace dos días se insistió que Enrique Cárdenas había sido bajado del carro, para subir a Barbosa.
El martes por la noche se les informó a algunos consejeros que el que había sido excluido era Alejandro Armenta y que la resolución favorecería a Cárdenas; y que ésta se notificaría oficialmente la tarde de este jueves.
Y por la tarde de ayer, gente cercana a Barbosa juraba que era cuestión de días para que su jefe fuera designado Coordinador.
En esa confusión, mientras unos dicen que la encuesta se levantó la semana pasada, otros dicen que será la semana que viene cuando arribe a Puebla la encuestadora fantasma de Morena.
Me fascina su inocencia.
Dándole un seguimiento serio a las cosas, me queda claro que a eso juega AMLO y que en medio de ese engaño, él definirá al que más le convenga.
Sin duda, este método macabro rebasa el cínico dedazo tricolor y el proceso controlado blanquiazul; en Morena se construye la nueva "democracia perfecta".