Disculpe usted la desconfianza, pero con los asuntos relacionados con el Fiscal con “licencia temporal”, Víctor Antonio Carrancá Bourget, hay que leer entre renglones y debajo de las comas para saber qué pasó realmente con su salida.
Primero, si se trata de una licencia “temporal”, entonces sería ¿sin o con goce de sueldo? Porque podría ser que siga recibiendo su cheque con todos sus benéficos, incluso aguinaldo y bonos subterráneos.
Ahora bien, si se fue entonces ya no debe detener la súper escolta, todos ellos agentes de la Policía Ministerial del Estado (PME), además de los vehículos y armas que eran utilizadas para su cuidado.
Otros beneficios de los que gozaba el ahora ex fiscal “con licencia temporal”, como pantallas, equipos de sonido, mobiliario de lujo, adquirido por el gobierno de Puebla, ¿lo habrá dejado o lo guardó en las petacas que llenó y sacó cuando fue enterado que tendría que pedir licencia “por motivos de salud”.
Seguramente un servidor se está equivocando y los vehículos blindados y de lujo que usaba el Fiscal y su familia ya debieron haber sido entregados.
Todas sus escoltas ya deben de figurar en la lista de lo regresado a la Ministerial o están ahora a la orden del nuevo Fiscal.
El escritorio del nuevo Fiscal ya debe de tener las listas de quienes van a conformar su equipo de trabajo, y es aquí donde se podría notar si el señor Carrancá Bourget fue el que designó a su sucesor.
Si así sucede tenga usted por seguro que varios detectores, secretarias y encargados de departamentos van a seguir en sus puestos y mandando, como siempre.
Si fue lo contrario todo va a ser nuevo, hasta la tasa del inodoro, porque quién se quedaría con las eses que dejó el ex Fiscal.
Nos vemos cuando nos veamos.