En su legítimo afán de anular las reformas negativas que heredó el morenovallismo, el grupo legislativo lopezobradorista del Congreso local está trabajando al vapor, con desaseo y sin eficiente técnica legislativa, en su cruzada de revancha contra el ex mandatario y su clan.

Los diputados y diputadas que lidera como coordinador del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Gabriel Biestro Medinilla, han delatado falta de experiencia, en episodios como el intento de destituir al fiscal general del estado.

En ese caso en particular, tuvieron un intento fallido por quitar directamente del cargo a Gilberto Higuera Bernal, por lo que luego tuvieron que recurrir a una reforma a la Ley Orgánica de la Fiscalía, para devolver la facultad del nombramiento al Congreso, cuando bien pudieron haber comenzado por lo segundo, ya que no les alcanzaba su mayoría simple de 22 curules, para lo primero.

Sin embargo, falta ver si no la veta el titular del Poder Ejecutivo, el gobernador Tony Gali.

El caso no tendría mayor importancia, de no ser porque errores como este delatan que los lopezobradoristas legislan con el golpe mediático y la sed de venganza como ejes.

Aunque tuvieron muchas oportunidades, entre principio de julio y el 15 de septiembre en que rindieron protesta como integrantes de la LX Legislatura, los diputados de Morena y el Partido del Trabajo (PT) no diseñaron una agenda legislativa formal y puntual para este Primer Periodo Ordinario de Sesiones del Primer Año de Ejercicio.

Más allá de las conferencias de prensa para despotricar, con sobrados argumentos, contra el morenovallismo, los diputados y diputadas sobre quienes también tiene ascendencia José Juan Espinosa Torres, presidente de la Mesa Directiva, no avanzaron en formalizar metas y objetivos.

Así, han ido al día a día, sin método, con la improvisación como divisa, modificando leyes, como la que se llamó del “despojo” o de “expropiación exprés”, la facultad de los ayuntamientos para nombrar alcaldes sustitutos y otras.

Ahora buscarán tumbar la reforma a la Ley de Seguridad Pública que otorga escoltas a los ex gobernadores.

No es que esté mal en su esencia el trabajo de los lopezobradoristas del Congreso local, el problema son las grietas jurídicas que pudieran estar dejando y que luego le pueden dar pretextos al Ejecutivo para vetarlas.

O que al realizar esas reformas al vapor, sin asepsia y técnica legislativas, luego con algún amparo puedan anularse.

Vive esa bancada una especie de excitación tras el proceso histórico en que el lopezobradorismo se llevó casi carro completo y en el contexto de la tensión por el litigio jurídico-electoral de la elección a gobernador.

Sin embargo, va siendo tiempo de enfriar los ánimos, aplacar la sed de venganza contra el morenovallismo, hacer las reformas y concretar las labores legislativas con cabeza fría, cuidado suficiente y eficiente labor.

De nada sirve a los poblanos el fast track de la revancha, cuando lo que se requiere es paciencia e impecables reformas, leyes y propuestas que abonen a Puebla.