Una nueva versión sobre la fecha en la que se resolverá le juicio de revisión electoral mueve los cálculos hasta hoy hechos por los dos grupos políticos involucrados e interesados y también lo previsto en diversas columnas políticas.
Una fuente al interior del Tribunal Federal Electoral me anticipa que el caso Puebla será turnado hasta los primeros días de diciembre, por dos razones fundamentales.
En primer término, que las diligencias complementarias del expediente aún no han sido finiquitadas, por lo que no hay fecha aún ni para la sesión previa, en la que aún están pendientes los derechos de audiencia de los dos candidatos.
En segundo, está un tema que según la agenda de la sala superior del TRIFE, deberá ser resuelto antes que el de Puebla antes del 30 de noviembre. Se trata de la resolución sobre el registro del Partido Encuentro Social que hasta ahora está perdido. Una vez resuelto el caso del PES, turnarán el juicio de revisión electoral de Puebla.
A todas luces, ambas resoluciones que deberán emitir los 7 magistrados de la sala superior tienen una fuerte carga política, por lo que resulta imposible que en el análisis, se liguen ambos temas.
Así las cosas, en la agenda del TRIFE, antes de Puebla está el PES y en cuanto se resuelva el primero, será el momento de iniciar el conteo regresivo para Puebla.
Así las cosas, les recomiendo una pastilla de pasiflorina doble y esperar los tiempos del TRIFE que evidentemente no son los de los poblanos.
El crimen no distingue colores
En este país roto y dividido, en el que la competencia en redes se reduce a una disputa entre chairos y fifís, Puebla no es la excepción. El pleito en el Congreso local nos demuestra que lo importante no somos los poblanos, sino el ajuste de cuentas entre morenistas y morenovallistas.
Y en esa guerra se incluye un tema fundamental para le vida diaria de quienes habitamos este estado: la inseguridad.
En este marco, la obsesión por sacudirse sus culpas, pareciera que nadie es responsable de la ola criminal que azota a la zona metropolitana de nuestra ciudad capital. No hay que darle vueltas es un oro de leña muy grave y serio que atañe a los tres niveles. De esta no se libra ni en presidente, ni el gobernador ni los alcaldes de la metrópoli.
Si no entendemos que este río revuelto ha generado un oasis para el crimen, estamos jodidos.
Hay que olvidar colores y unirse para detener a quienes ya vieron que este pleito entre partidos, poderes y niveles y hecho de Puebla la tierra prometida para los delincuentes.
En materia de seguridad, culpar de manera individual a Peña, Gali, Rivera a al resto de los alcaldes pensando que eso libra a los otros, es un acto de corta visión que termina dañándonos a todos.
Si Peña se va en 15 días y Gali en un mes, no implica que debamos cruzar los brazos esperando —los alcaldes que ya llegaron— a que arriben los nuevos.
Lo que el crimen organizado gana en un mes, no se recupera en años.
Y no lo
Digo yo, lo dicen los expertos internacionales en materia de seguridad.
Así que, o nos olvidamos de colores en materia de seguridad, o terminaremos como los estados vecinos de Morelos y Veracruz.
Y —créanme— ya nos falta nada.