Para entender y comprender el aporte político de Tony Gali en estos 22 meses de gobierno, es necesario remontarse justo al día antes de su llegada al poder.
Lo que Gali encontró fue —además de un presupuesto comprometido por 30 años—, un estado resentido, decepcionado, temeroso y con enormes ganas de revancha.
Los agravios contra empresarios, grupos políticos, trabajadores, campesinos, policías, medios de comunicación y ciudadanos en general, hacían casi imposible que el gobernador lograra cicatrizar las heridas.
¿Cómo confiar en un gobernador emanado del mismo grupo político?
Con el tiempo siempre en contra, Gali buscó ganarse la confianza de los poblanos, a la vez que iba descubriendo muertos y más muertos en los closets de la Casona de Los Fuertes.
El huachicol fue una bomba retardada que explotó apenas iniciado su mini gubernatura.
Cada día le aparecía un nuevo preso político, todos escondidos por Carrancá en las cárceles de Puebla.
La inconformidad de los campesinos por el abandono, era un tema de seis años que sólo podía combatirse con respuestas.
La persecución y censura a los medios libres, hacía impensable confiar en que podría haber apertura a la crítica.
Los empresarios y constructores relegados durante todo el sexenio morenovallista —los que sobrevivieron—, no daban esperanzas de oxígeno con la continuidad del mismo grupo político.
Y así podría sumar y sumar cientos de acciones de abuso y represión que hacían de estos casi dos años, un vaticinio desolador.
Afortunadamente, aunque Tony Gali venía de ese mismo grupo y cargaba con una pesada loza de compromisos que cumplirle a su antecesor, muchas cosas cambiaron desde su arribo a Casa Puebla.
No sólo fue un tema de diferencias de estilos, sino de cercanía y compromiso.
La buena cuna no es un tema de materiales, sino de educación y de valores.
Desde ahí vienen las grandes diferencias.
Hay un sinfín de cifras y datos que apartan como en un abismo, los dos últimos gobiernos.
Mientras los números de Rafael eran grandes y fríos como un iceberg, los de Gali implican beneficios de verdadera calidez.
Para Moreno Valle las obras faraónicas y los proyectos que pudieran darle protección a su proyecto presidencial eran la única prioridad. Y para Gali, temas sociales como el avance en el campo y empleo serán su legado.
El mejor ejemplo lo tuvimos con la Estrella de Puebla en la zona de Angelópolis, contrapuesto al parque con playa de Xonaca.
Dos gobernadores con esencias totalmente distintas. Dos contrastantes gobiernos.
Tony Gali reintegró a una Puebla escéptica ganándose la confianza de buena parte de los poblanos; aunque deja un pendiente preocupante: la inseguridad.
Combatir la inseguridad será sin duda, el gran reto del próximo gobernador o gobernadora de Puebla.