En menos de dos meses, contados entre el 1 de diciembre de 2018 y este 24 de enero, los poblanos hemos tenido cuatro gobernadores. Empezamos el último mes del año pasado con la salida de Tony Gali; y tras una controvertida decisión de los magistrados electorales, Martha Erika tomó el cargo.

Apenas 10 días después de su toma de protesta, la mandataria falleció en el helicopterazo, generando que Jesús Rodríguez Almeida asumiera las responsabilidades como “encargado de despacho”.

Esta semana la iniciamos con un nuevo mandatario, Guillermo Pacheco Pulido, electo por los diputados locales como gobernador interino.

Así, en menos de 60 días Puebla sumó a su historia cuatro gobernadores.

Y si continuamos con estos datos atípicos, les diré que en dos años y medio, 30 meses contados a partir de enero de 2017, Puebla habrá tenido seis titulares en el Poder Ejecutivo: Rafael Moreno Valle, Tony Gali, Martha Erika Alonso, Jesús Rodríguez Almeida, Guillermo Pacheco Pulido, más el que resulte electo en este verano.

La inocencia de Genoveva

La decisión de Genoveva Huerta de remover a Marcelo García Almaguer de la coordinación de los diputados, pareciera acertada en un principio, pero todo indica que esta decisión, la llevará a ceder la única posición que le quedaba a los morenovallistas al Yunque.

Lo único que demostró la líder estatal es la fragilidad y la división entre los morenovallistas, lo cual puede desembocar en que el panismo tradicional les arrebate la propia dirigencia. Y lo peor de todo, es que hay quien anda como ave carroñera, traicionando al grupo que lo hizo millonario, buscando apropiarse del único tesoro vigente del grupo de Moreno Valle. Me refiero al oportunismo de Pablito Rodríguez a quien incluso Rafael no le dio la dirección del partido por sus antecedentes de traición.

Por si fuera poco, Genoveva Huerta podría quedar en ridículo con su decisión si los diputados votan porque Marcelo García siga al frente de la bancada; y es que mientras el estatuto señala que corresponde al presidente del partido nombrar al coordinador, el reglamento del Congreso que al final es el que vale, señala que es decisión de los integrantes de cada bancada el decidirlo.

Ya hay un antecedente, cuando Rafael Micalco intentó remover a Jorge Aguilar Chedraui como coordinador, este se mantuvo sustentado en el reglamento del Congreso.

Pero hay otro punto que exhibe la nula operación de la presidenta, ya que avaló con su silencio la propuesta de Rodríguez Almeida, sometida por el grupo de los tres (Moya, Banck y Castañón) que nunca revisaron, ni comprobaron si su delfín cumplía con los requisitos de ley para ser gobernador.

Sí bien es cierto que los diputados panistas hicieron un tremendo ridículo, también lo hicieron quienes decidieron que la carta fuera el coahuilense Almeida.

Tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata.

Los rebeldes sin causa

Ayer en la sesión del Congreso local, Yadira Lira Navarro, fijó un posicionamiento respaldado por los diputados Raymundo Atanasio Luna y Valentín Medel del PT; también Cristina Tello y Arturo de Rosas Cuevas de Morena, para declararse en resistencia legislativa.

Su argumento que Fernando Manzanilla estaba inmerso en actos de corrupción como Evercore, pero no supieron argumentar y sostener sus acusaciones.

Por obvias razones, su rebelión duró unos cuantos minutos y terminaron por declinar su postura.

Sin duda, se vale y es importante disentir, incluso dentro de una misma bancada, pero hasta para ser rebelde, hay que hacerlo con causa.