La campaña de Enrique Cárdenas parece tener un solo enemigo que no es otro que el propio candidato.

Quizá comparable con Antonio Sánchez Díaz de Rivera, quien desperdició 20 puntos de ventaja en unas cuantas semanas para, al final, perder la presidencia municipal ante la priista, Blanca Alcalá.

Y aunque en esta ocasión no había ventajas que administrar, sí existían elementos para competir contra Morena.

Para el infortunio panista, Enrique Cárdenas resultó ser un candidato totalmente descafeinado.

A los errores de campaña se suman las incongruencias que marcan a un personaje que no logra prender ni a la militancia azul ni a la amarilla ni a la naranja.

Y es que no se puede renegar de los partidos políticos, cuando el propio Cárdenas buscó la candidatura por Morena y ahora está postulado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

No se puede vender como “Candidato Ciudadano” cuando la única posibilidad de triunfo en una campaña tan corta, se la pueden dar las estructuras partidistas.

Y la última ocurrencia con la que salió, es con la denuncia contra la televisora estatal por no haber cubierto el debate organizado por los empresarios y la Coparmex.

Nadie le explicó que fue este organismo empresarial el que no solicitó la cobertura del evento. En Puebla Comunicaciones no recibieron ningún documento oficial ni siquiera una llamada telefónica para solicitar que el encuentro fuera transmitido.

Pero no conforme con esta razón, Cárdenas volvió a la cargada y dice que debió cubrirse sin invitación por ser un tema de interés público. Pero lo que no entiende es que Coparmex es un organismo privado a cuyos eventos no se puede meter una televisora sin que exista una invitación expresa.

Revisando el monitoreo de medios que hace el INE, resalta que la televisora estatal que dirige Sandra Izcoa, ha equilibrado su cobertura en tercios.

 

En este rubro, el gobernador Pacheco Pulido ha dado la instrucción de que Puebla Comunicaciones sea muy estricta en los tiempos de cobertura para cada candidato y está se ve reflejada en el monitoreo de medios que hace el INE y que puede ser consultado en esta liga: https://monitoreo2019.ine.mx/puebla2019/app/infoDetallada?execution=e3s1

De ahí que resulte ocioso de parte de Enrique Cárdenas denostar a Puebla Comunicaciones, el candidato bien podría dedicar su tiempo a recuperar las estructuras partidistas, las encargadas de la promoción del voto y las electorales, también a armar un discurso ideológico que conecte y sacuda a ese panismo aletargado que hoy duerme el sueño de los justos.

El peor error de cálculo en la campaña del exrector de la Udlap está precisamente ahí, en la relevancia de los partidos.

Si partimos de una base de votación del 40 por ciento del padrón, sufragarán aproximadamente un millón ochocientos mil poblanos, así que el ganador difícilmente llegará a 800 mil votos. Es decir, que con el voto duro azul, más los de los otros dos partidos podrían partir con una plataforma de medio millón de votos reales, que podrían acercar a su candidato a pelear, sumando a los simpatizantes ciudadanos provenientes del llamado voto switcher, pero al desdeñar a los partidos, esos quinientos mil votos se esfuman y las posibilidades de triunfo más.

Si en lugar de lloriquear por un inexistente boicot de la televisora oficial, se dedicará a conciliarse con el panismo, otro gallo le cantaría. Pero para su mala fortuna, el candidato no entiende, no escucha y no recapacita ni corrige el rumbo.

En términos coloquiales diríamos que están jodidos con su candidato.

Ni más, ni menos.