Usted debe de estar enterado que el fin de semana pasado en la zona de la 46 Poniente, conocida por la venta de autopartes, muchas de estas de dudosa procedencia, se registró un conflicto armado que dejó el saldo de un herido.

Que por cierto el herido no tenía más vela en el entierro que, por curioso, pararse en medio de una bronca con armas de fuego.

El punto donde se inició el conflicto se ubica en la 46 Poniente 1708, negocio de venta de refacciones y motores, alguno de estos de procedencia americana, propiedad de los hermanos Armando y Roberto J. H, además de Roberto J. H., papá de ambos.

Entre los dos hermanos, uno de ellos fue agente tránsito y habría sido dado de baja por verse inmiscuido en un asesinato.

Existe un reporte por parte de los comerciantes de la zona de la 46 Poniente, ante el hartazgo de la presencia del crimen organizado, el cobro de piso y otros delitos de alto impacto. Ellos han decidido romper el silencio.

El reporte indica que estos tres personajes, tras la venta de autopartes y de refacciones, ocultan la venta de una droga moderna, proveniente de los Estados Unidos, que se revende en Puebla y que por la competencia atrajo al crimen organizado.

Sobre todo por querer el control total de la distribución de esa droga, que es más cara que la que circula en territorio poblano.

La droga la traen de los Estados Unidos, entre los motores y después empieza la distribución en Puebla, donde operan otras organizaciones criminales, de las que usted se imagine.

Y fue la venta de esta misma droga, la que ocasionó el enfrentamiento del sábado, con saldo de un herido de bala.

Un servidor aún desconoce si esta familia tenga algún tipo de protección de la policía.

Nos vemos cuando nos veamos