Es un hecho que no sólo este gobierno, sino el que viene, están y van a seguir investigando la red de espionaje que tejió el exgobernador Rafael Moreno Valle, durante los 8 años que duró su poder sobre los poblanos.

Personajes de la política no sólo de Puebla si no a nivel nacional, formaron parte de la lista de espiados por el morenovallismo, lo mismo que líderes de organizaciones civiles, periodistas y otros activistas más.

Y en la lista de quienes son investigados por andar de chismosos deben de estar servidores públicos como Fernando Rosales Solís, el actual empresario y exdirector de la Fiscalía Especializada en Investigación de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (Fisdai), 

Desde las instalaciones de una dependencia del Gobierno del Estado y con equipos propiedad del estado, fueron grabadas conversaciones privadas, de los enemigos e incluso de los amigos del morenovallismo.

Entre las víctimas del espionaje pudo haber estado el mismo Fernando Manzanilla, actual secretario General de Gobierno, además de otros políticos que tienen el interés de saber dónde quedaron esos informes y cuáles eran los contenidos.

Y si en verdad ese espionaje va a tener repercusiones legales entonces la lista la debe de encabezar el aún fiscal con licencia Víctor Antonio Carrancá y toda su comitiva, incluido su director de la Fisdai.

Son paradojas de la vida, en diciembre pasado, en la breve administración de la también finada Martha Erika Alonso, Fernando Rosales Solís fue ungido, como premio, a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y ahora será o ya es uno de los principales investigados por el espionaje clandestino.

Nos vemos cuando nos veamos