Al interior de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) ha iniciado una verdadera batalla contra la corrupción.

La estrategia no solo es en Puebla, sino es parte de un plan nacional para limpiar las corporaciones de seguridad del cáncer que las aqueja.

Y la corrupción en el estado no puede acabarse en los cuerpos policiales sino se desmantela de raíz con el tiro de gracia al famoso grupo de La Hermandad.

Este grupo es muy conocido como una especie de mafia organizada al interior de la dependencia que opera como un pulpo con tentáculos por todos lados, con el objetivo de allegarse de recursos y poder.

Los recientes cambios de los altos mandos obedecen al combate contra La Hermandad.

La salida o despido reciente del director de la Policía Estatal, Carlos Cárdenas, fue el inicio o punta de lanza de esta estrategia contra la corrupción o contra dicho grupo.

El linchamiento de siete personas en Tepexco y Cohuecan fue el argumento perfecto, al no haber operado bien, pero la realidad es que así se inició el combate contra dicha mafia.

De este modo el titular de la SSPE, Miguel Ildefonso Amezaga, tomó el toro por los cuernos y vinieron en cascada los cambios.

Por eso la llegada de cinco altos mandos militares a puestos estratégicos.

Aún se espera la llegada de un nuevo director de la Policía Estatal, tras la salida de Cárdenas.

A la subsecretaría de Coordinación y Operación Policial fue designado el Capitán Narciso Peña Cortés.

En la subsecretaría de Inteligencia e Investigación el Capitán Eduardo Galindo Castro.

En la subsecretaría de Desarrollo Institucional y Administración Policía, el vicealmirante José Guadalupe Ávila Gil.

Como Jefe del Estado Mayor de la Oficina del secretario de Seguridad Pública se designó a Alfonso Flores Alvarado.

En la dirección de la Policía Estatal de Carreteras fue designado el contraalmirante Adalberto Arauz Arredondo.

Su instrucción militar y practicidad ya es notorio, se dice en los pasillos de la SSPE.

Ahora sí tembló realmente La Hermandad.

  • En la mira

Se tienen detectados o visibles a por lo menos 25 personas integrantes de La Hermandad.

Y van contra todos.

También se han confirmado algunos de sus actos de corrupción de este pulpo.

Por ejemplo, hacían operativos policiacos en las avenidas estatales contra automovilistas, solamente para quitarles dinero.

A cada policía en las calles les daban solo dos boletas de infracción para llenar el requisito, mientras que el resto del dinero era reportado a las autoridades, para su bolsa.

También a diversos negocios les cobraban por los rondines que hacían.

Asimismo, al interior de la Policía estatal, se les cobraba a los uniformados el uso de unidades.

Por ejemplo, 3 mil pesos por motocicleta, para poder operar a manos libres.

También se han detectado a decenas de casos de personal fuera de sus lugares donde han sido adscritos, movidos para llevar a cabo actos irregulares.

Se sabe que La Hermandad nació o al menos creció hace varios sexenios.

La integran desde bandos medios y altos de diversas corporaciones de seguridad, entre las que se encuentran la Policía Municipal, la del Estado, cuerpos de seguridad, custodia y personal de Tránsito, tanto del municipio como del Estado.

Entre todos se protegen, para no demostrarse la corrupción.

No es la primera vez que se trata de terminar con La Hermandad.

Al menos ese encargo tenía al inicio del morenovallismo el entonces secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado.

Pero no le dio tiempo y se fue mucho antes.

En el pequeño lapso que estuvo desarticuló parte del grupo enviando a la mayoría de sus integrantes a delegaciones, bases de operaciones y a comandancias al interior del estado.

A otros sólo les pidieron sus renuncias sin explicarles el motivo.

Sin embargo, Vargas Fosado, terminó doblándose a la presión y dio cierta protección a los miembros al permitir que se ubicaran en cargos de seguridad pública fuera de la capital del estado.

Con su sucesor Facundo Rosas, se les desplazó a los miembros de cargos de mando en diferentes municipios y se ordenó entre ellos tener un bajo perfil el que mantuvieron hasta la llegada de Jesús Rodríguez Almeida al sexenio morenovallista.

Ya en el interinato de Guillermo Pacheco Pulido, La Hermandad salió del bajo perfil ya que se abrieron las puertas, para aprovechar seis meses y agarrar a manos llenas.

Lo de menos era la inseguridad creciente, lo importante realmente para ellos fue llenar las arcas.

Por algo el repunte delincuencial y ahí están los números, para quien dude.

  • El contrataque

Pero La Hermandad no se ha quedado de brazos cruzados.

Se sabe que ha iniciado una estrategia mediática por medio de redes sociales, incluidos mensajes en WhatsApp para generar las llamadas Fake News o noticias falsas de inseguridad.

Por ejemplo el pasado fin de semana proliferó un mensaje donde se aseguraba que un autobús de pasajeros Estrella Roja había sido asaltado con fatales consecuencias.

La noticia circuló en redes sociales y hasta en grupos de WhatsApp de reporteros.

Resultó falso.

Es su manera de querer desestabilizar a los actuales mandos de la dependencia para ver si los tumban.

Ya se verán resultados pronto y de que cueros salen más correas.

Tiempo al tiempo.