Durante la visita del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, al municipio de Tecamachalco, se reveló un gran misterio.

Inés Saturnino López Ponce, el expresidente municipal, fue señalado como uno de los que estaría desordenando la zona para poner en mal a la administración municipal de Marisol Cruz García, de manera precisa en materia de seguridad pública.

Y la advertencia fue directa:

"Al anterior presidente le digo, que le vamos a tomar cuentas, porque no se vale que haya sido alguien que allá violado la ley y hoy ande descomponiendo el orden público aquí en el municipio, díganselo”.

Y es que todos en Tecamachalco lo saben, fue en la administración de López Ponce, cuando la seguridad de sus habitantes se descompuso, se incrementaron los asaltos a transporte, en comercios, casas habitación, los robos de vehículos, secuestros, extorsiones y homicidios.

De hecho, todos los municipios con presencia de gente allegada al extinto exgobernador Rafael Moreno Valle, se descompusieron, incluyendo el Estado de Puebla.

Fueron más de 4 años de crímenes violentos, del incremento del robo de hidrocarburos, de la llegada en directo de diversas cédulas del crimen organizado de diversos puntos del país.

Y fueron también más de 4 años, que las presidencias municipales fueron penetradas por la corrupción.

Se permitió de todo, hasta la colocación de tiendas de venta de drogas, armas, prostitución, tráfico de indocumentados.

Muchos servidores públicos terminaron con los bolsillos llenos y la conciencia vacía.

Y ahora Saturnino tiene el estigma, no solo de protector sino de generador de la violencia y ya fue advertido.

O le para o lo van a parar.

 

Nos vemos cuando nos veamos