Una carrera contra el tiempo empieza mañana sábado para el transporte público de pasajeros. A partir de este doce de octubre tendrán los permisionarios 120 días para modernizar las unidades y garantizar la seguridad de los pasajeros. En tanto, las molestias por el aumento al pasaje empiezan a manifestarse en las calles.

Los próximos días no serán un día de campo para las autoridades estatales, por el contrario tendrán que manejar con tacto político las manifestaciones callejeras que desde ayer jueves empezaron.

Así como exigir y hacer cumplir a los permisionarios cumplan con los compromisos pactados, solo así se podrá revertir la medida, claramente impopular y con un alto costo político para Morena.

Sin duda será necesario revisar a mediados de febrero el avance real en los compromisos que hicieron los transportistas como la colocación de GPS, cámaras de vigilancia, botones de pánico y la renovación de unidades; y claro está sancionar a quienes no hayan realizado ni los primeros pasos para lograr que el transporte público en Puebla transite a un sistema funcional, decoroso y seguro.

Los poblanos requerimos que dentro de cuatro meses, no le tiemble la mano a las autoridades, que sean firmes, que no se corrompan, que nos demuestren que por primera vez se trata de un verdadero acuerdo y no sólo de un documento para justificar el golpe a la economía familiar.

A partir de mañana sábado veremos de qué están hechos los permisionarios y si son capaces de cumplir con sus compromisos.

Y también sabremos si el gobierno es capaz de hacer cumplir esos acuerdos, que en teoría, beneficiarán a los pasajeros del transporte público.

Veremos y diremos.