La Secretaría de la Función Pública y la Fiscalía Anticorrupción deberían de poner los ojos en la Secretaria de Seguridad Pública del Estado, en este caso en la subsecretaria de Coordinación y Operación Policial, a cargo del capitán Narciso Peña Cortes, quien estaría utilizando dinero que no es suyo para comer y vestir como si fuera millonario, además de darse el lujo de tener a su secretaria particular con vehículo propio y otro automóvil más de escolta, desviando de esta forma no solo recursos económicos, sino personal para su uso exclusivo.

De acuerdo a una queja que llego a esta columna, el servidor público, emanado de la Cuarta Transformación, se le ocurrió traer como secretaria particular a Jazmín Gómez Bello, quien es la hija de un magistrado veracruzano, compadre suyo, a quien le puso vehículo para que la traslade de su domicilio a su trabajo y para que no se vaya a estresar, le puso escolta con todo y patrulla para que la vayan cuidando.

Al sub secretario, para quedar bien con sus altos mandos, se le ocurrió obligar a empleados administrativos, de intendencia, mecánicos e incluso secretarias a que utilicen el uniforme de la policía estatal, para poderlos utilizar en cualquier operativo o contingencia, sin importarle que ese personal se ponga en riesgo y ponga el riesgo a quienes van a cuidar, tras carecer de preparación.

Este capitán se le ha ocurrido comer pescado y mariscos todos los días, además de que deben de llevarlo a sus oficinas, pagando con el dinero que cuentan para el comedor de la Policía estatal, sin importarle si los uniformados se quedan sin comer o les restringen alimentos, para que alcance.

Pero eso no es todo, ha ordenado a su personal administrativo que ingresen al presupuesto sus gastos personales, como gasolina, restaurantes de lujo, muebles finos para su domicilio, además de cortes y confección para sus trajes.

Consecuencia de estos gastos excesivos ya no hay dinero para el pago de verificaciones de las patrullas, incluso hay unidades que ya no circulan porque no hay dinero para gasolina.

El capitán Narciso Peña Cortes, tal vez no gane más que el presidente de la República, pero eso sí, debe gastar más que él, solo que ese dinero no es suyo.

Nos vemos cuando nos veamos