En los últimos días, Genoveva Huerta aplicó una serie de destituciones altamente cuestionables. Pareciera que de la noche a la mañana, la presidenta del PAN olvidó el discurso de sororidad y decidió arrasar con quienes sí trabajan en el blanquiazul.
El reclamo de los panistas no se hizo esperar ante la “renuncia” de Amparo Acuña a la Secretaría de Promoción Política de las Mujeres.
Ana Teresa Aranda cuestionó la contradicción de Genoveva Huerta: “Mi total solidaridad con Amparo Acuña por la valiente defensa de sus derechos. La presidenta @GenovevaHuerta está obligada a rectificar. No se puede tener un discurso que se contradice en los hechos. En @AccionNacional debemos predicar con el ejemplo”.
Eduardo Rivera también se pronunció. Calificó de injusta la remoción, se solidarizó con Amparo Acuña y llamó a la construcción de la unidad. Esto último, el llamado a la unidad, también fue referido por Mario Riestra, a través de su cuenta de Twitter.
De los mensajes más destacados está el de Jesús Zaldívar, dirigente municipal de Acción Nacional y esposo de la mujer que se encargó de empoderar a las mujeres del blanquiazul: “Amparo, hacer lo correcto implica muchas veces transitar caminos espinosos. Me siento orgulloso de que hayas decido seguir abriendo brecha, para que las mujeres en el futuro, no padezcan injusticias en el ejercicio de sus derechos políticos. Te amo, pero te admiro más”.
En tanto, Humberto “El Tigre” Aguilar sentenció: “Sobre la decisión unilateral @GenovevaHuerta de exigirle la renuncia a la Tirular de PPM en Puebla, mi solidaridad a Amparo Acuña. Espero que la siguiente decisión unilateral no sea remover de la Coordinación a @monica_rdv”
Y como profeta, este mismo lunes nos enteramos que Genoveva también decidió hacer cambios en el Congreso del Estado. Desde ayer la diputada local Mónica Rodríguez Della Vecchia dejó de ser la coordinadora del Grupo Legislativo del PAN. Esta responsabilidad, recaerá ahora en Oswaldo Jiménez López.
En el boletín se intentó justificar el retiro de la esposa de “Pablito” de la coordinación del PAN: “(El cambio se realiza) Con el fin de reforzar el posicionamiento del Partido Acción Nacional en el poder legislativo”. Aunque no faltó quien ya entendió que Oswaldo Jiménez es de los primeros palomeados rumbo al 2021.
Con la frente en alto
Amparo Acuña Figueroa detalló, en una carta pública, que apenas la semana pasada, el 7 de enero, la propia Genoveva Huerta le había felicitado por su desempeño en la Secretaría de Promoción Política de la Mujer del Comité Directivo Estatal, lo que hace aún más cuestionable la decisión de la presidenta del PAN.
En resumen, la misiva de Acuña refiere que su destitución no tuvo sustento: “Parte de nuestro trabajo, consistió en capacitar a las mujeres para que nunca se queden calladas ante la violencia de cualquier tipo, y de que las mujeres tenemos la obligación moral de ser sororas entre nosotras… (Genoveva Huerta) me pidió la renuncia sin que exista ninguna explicación, causa o justificación alguna, encuadrando este actuar en Violencia Política de Género… Convoco a que ninguna de nosotras nos quedemos calladas ante el abuso y opresión, venga de donde venga, incluso aunque la violencia, lamentablemente, venga de otra mujer; mi sororidad con Mary Carmen Blanco Navarro, por la forma tan indigna, grosera y hostil con la que fue tratada”.
Así las acciones de una presidenta que no ata ni desata, que prefiere dividir a un partido antes que construir la unidad del blanquiazul y que remueve a las mujeres, sí a esas que –al parecer- sólo le sirven para cumplir con la cuota de género.