Tal y como lo revelé el pasado miércoles en el programa Off The Record, Raciel López Salazar, llegará a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en relevo de Miguel Idelfonso Amézaga Ramírez.
Sobre el futuro de Amézaga Ramírez se sabe que el vicealmirante tiene en sus manos una propuesta interesante para seguir dentro de la seguridad pública en Puebla, quizá al frente de la Policía Auxiliar.
Raciel López Salazar, un abogado oriundo de Tonalá Chiapas, se ha distinguido por ser un hombre de mano firme. No se trata de ningún improvisado, desde 2009 López Salazar estuvo al frente de la entonces Procuraduría Estatal, años más tarde, se convirtió en el primer Fiscal General del Estado de Chiapas.
Esas y otras cartas credenciales le valieron para ser nombrado como delegado de la Fiscalía General de la República en una de las entidades con mayor población demográfica y con altos índices de delincuencia: el Estado de México.
Hasta ayer, Raciel López, desempeñaba este cargo.
El reto, sobra decirlo, será enorme porque está claro que la inseguridad y la ola de violencia que azota a nuestra entidad no cesarán simplemente por el cambio de titular en la Secretaría de Seguridad Pública.
Raciel López deberá enfocarse principalmente en el combate a la inseguridad, en el desmantelamiento de bandas criminales y en las tareas de prevención del delito; claro está tendrá antes que sacudir toda la corrupción y podredumbre que existe en varias direcciones y jefaturas de la dependencia.
Confiemos en que este hombre será lo suficientemente hábil para no dejarse llevar por el canto de las sirenas ni enfrascarse en temas políticos, a Puebla, a los poblanos, nos urge una policía confiable y respetable.
¡Qué vivan los estudiantes!
Sumaron ya tres días de marchas multitudinarias, de estudiantes en las calles pidiendo, exigiendo, reclamando, justicia por los jóvenes asesinados y seguridad para los poblanos.
La proeza es mayúscula, principalmente por la pulcritud con la cual han mantenido el movimiento, reiterando en todo momento que no se trata de protestas contra ningún gobierno en específico.
Los universitarios han logrado sumar no sólo a escuelas de ideologías antagónicas, sino también a gran parte de la sociedad que lo mismo les regala bebidas o frutas en las manifestaciones, que les suenan el claxon en señal de apoyo durante los semáforos.
La civilidad y el respeto continúan presentes en las marchas. Los jóvenes han demostrado que no se requieren pintas, mentadas de madre o golpes para alzar la voz, para denunciar y para hacerse escuchar. Lo han entendido tan bien, que incluso esperan el rojo de los semáforos en cruces de la Vía Atlixcáyotl o del boulevard del Niño Poblano para manifestarse sin obstruir el tránsito.
Con el mejor de los deseos, esperamos que los líderes natos que surgieron en este movimiento estudiantil cuenten con la inteligencia y el temple necesario para evitar que intereses ajenos o personajes políticos se infiltren en este, insisto, gran ejercicio de ciudadanía.
Aunque unos 50 representantes de facultades y escuelas están interesados en infiltrase y desestabilizar las protestas, se trata de un grupo que perfectamente puede ser “encapsulado” por el resto de los alumnos y así evitar que se ponga en riesgo la legitimidad social del movimiento.
Habrá también que reconocer que el gobierno estatal entendió el justo reclamo y ha permitido que las manifestaciones se realicen en un clima de libertad y paz.