El viernes pasado pudo ser un día trágico para Puebla, por fortuna, todo fue controlado, por una providencial llamada anónima que impidió un fatal desenlace.

Aquí la historia.

Un alumno de segundo de secundaria del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec planeaba —cuando menos eso le externó a un par de amigos— ingresar a la escuela el viernes con un arma de fuego “para matar a sus compañeros”.

Por más escalofriante e increíble que parezca, este alumno mantenía amenazados a algunos de sus compañeros a quienes les llegó a comentar de sus macabras intenciones.

La filtración de esta información a través de una denuncia anónima, permitió a las autoridades de la escuela tomar medidas precautorias por lo cual el 6 de marzo al llegar a las instalaciones del CENHCH, el adolescente señalado como sospechoso, fue interceptado a las 6:50 de la mañana y al revisarlo, confirmaron que en su mochila, efectivamente portaba un arma con el cargador abastecido.

El menor de edad fue resguardado y los padres citados ante la FGE para tomarles sus declaraciones respectivas.

El joven estudiante de secundaria fue suspendido por la dirección de la escuela, lo que seguramente terminará en su expulsión definitiva y un proceso por la portación de arma y la tentativa, bajo la condición distintiva de ser un menor de edad.

Ahora bien, más allá de si realmente tenía planeado ejecutar el plan o si únicamente se trataba de una bravata del adolescente con sus compañeros, es un tema que debe provocar que las autoridades educativas y de seguridad pública del estado tomen serias medidas para dar certeza de seguridad a todos los estudiantes del estado.

En el marco del movimiento universitario que exige seguridad y justicia para los estudiantes, un evento trágico como el que pudo suceder en el CENHCH habría tenido consecuencias de proporciones incalculables.

La decisión de las autoridades de la SEP fue la de guardar en el máximo silencio este hecho, con la intención de no alarmar a la comunidad estudiantil, sin embargo, mantener oculto este tipo de incidentes que ponen en peligro a los estudiantes, podría evitar que se realicen operativos que terminen salvando vidas.

No se puede tapar el sol con un dedo. Este tipo de comportamientos que anteriormente veíamos cómo hechos ajenos a nuestra sociedad, parecen estar más cercanos a nuestros infantes de lo que muchos pudieran sospechar.

Y aunque parezca un tema de noticiero americano, no hay que olvidar que ya en nuestro país se han presentado casos en otros estados del norte, por lo que desdeñar un incidente como este podría cobrarnos una muy cara factura.

En esta ocasión, una denuncia anónima permitió un oportuno operativo que impidió una tragedia, pero no puede ocultarse, ni pensarse que se trata de un simple hecho aislado.

De no haberse logrado impedir este atentado gracias a esa llamada anónima, el hecho —además de la gravedad de la tragedia— tendría un culpable directo: el secretario de SEP Melitón Lozano.

Hay que decir que el 12 de agosto del año pasado, el secretario Lozano, de manera imprudente anunció en medios que estaba prohibido realizar el operativo mochila segura en las escuelas del estado por lastimar los derechos humanos de los niños.

Con esta absurda prohibición, se pasó por el arco del triunfo un protocolo vigente para velar por la seguridad en los planteles de educación básica y media superior y evitar el ingreso y uso de armas de fuego en las escuelas, publicado el 16 de agosto de 2017, mismo que deriva de un protocolo internacional para la seguridad educativa de 1990.

Es decir, que pese a existir un protocolo de seguridad escolar, una decisión del titular de la SEP podría haber provocado una verdadera tragedia el viernes pasado.

Y la decisión más sencilla, fue la de ocultar la información, no sólo a los medios de comunicación sino a su propia comunidad educativa.

Ya es tiempo de entender, tanto por parte de las autoridades educativas, como de los padres de familia, que de no tomar medidas contundentes, podríamos cometer omisiones que nos cuesten vidas.

Es tiempo de actuar con responsabilidad, para no terminar tapando el pozo después de la tragedia. Si no lo hacen, lo cargarán en sus conciencias.

Ni más, ni menos.

Más peligros en el CENHCH

Por si fuera poco el gravísimo tema de este frustrado atentado, tengo información que en la última semana, fueron descubiertos cuatro casos de alumnos que portaban drogas dentro del Centro Escolar.

Lamentablemente, el narcomenudeo ha logrado hacer de los centros de estudio uno de sus principales puntos de venta, en donde el CENHCH no es la excepción.

Si un caso ya debe considerarse grave, aquí estamos hablando de cuatro en una semana.

En conclusión, la institución educativa más prestigiada del estado, vive una grave crisis de seguridad que deberá ser atendida y resuelta de inmediato.

Habrá que ver en acción al titular de la SEP para ver si es capaz de rescatar el prestigio del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec y garantizar condiciones de seguridad a todos sus estudiantes.

Veremos y diremos.