Semanas antes de las elecciones del Primero de Julio del 2018, el crimen organizado en Puebla se reunió para pactar un acuerdo de unidad entre bandas dedicadas a todo tipo de delitos.
La intención era crear una especie de sindicado de maleantes que gozará de toda la protección para sus actividades, desde narcomenudeo, asaltos de todo tipo, robo de vehículos, de autopartes y otros más, incluso de índole federal.
De lado de Los Malandros estaba Marco Antonio T. V. (a), El Gordo, El Tío, El Bombón, como usted le quiera decir.
Del otro lado, estaba el principal operador del morenovallismo, Eukid Castañón.
Y sobre la mesa estaba la suerte de los poblanos.
Así fue como nació El Cartel de Puebla.
Para cerrar el trató los mafiosos se comprometieron a romper las elecciones para gobernador de Puebla, a como diera lugar.
La primera promesa sería que ese día primero de julio del 2018, los cuerpos de seguridad iban a brindar las garantías de quienes en un lapso de 24 horas iban a desestabilizar al estado, principalmente Puebla capital.
Entonces todas las actividades de la Policía Estatal Preventiva serían controladas a través del C-5, además de que desde las entrañas de la Fiscalía General del Estado (FGE), todo tipo de operaciones clandestinas serían protegidas.
Ese domingo trágico la jornada electoral se vio alterada por asaltos a casillas de votación, donde fueron robadas boletas y urnas, además de que se registraron hechos de violencia desmedida, como homicidios y ejecuciones.
La volcadura de un vehículo oficial de la Fiscalía General del Estado, que contenía papelería electoral robada, fueron uno de los muchos indicios de la mano negra que ese día se colocó sobre los poblanos.
La segunda promesa que le hicieron a todos los pandilleros es que al término de la jornada les serían pagados 700 pesos a cada uno, pero ese dinero jamás les llegó.
Lo que sí se apadrino fue la creación del nuevo cartel poblano, sólo que les duró poco tiempo.
Los principales protagonistas de esa jornada violenta están en prisión.
Nos vemos cuando nos veamos