Tuvieron que intervenir autoridades federales para que un negocio de venta de gas, ubicado en zonas habitacionales de la 143 Oriente, entre bulevar Carmelitas y 25 Sur, fuera clausurado por significar un riesgo a las cientos de familias que viven alrededor, porque en forma lamentable el Ayuntamiento de Puebla, a través de la dirección de Desarrollo Urbano Municipal, nunca quisieron escuchar el reclamo de los habitantes, quienes advirtieron que estaban viviendo en medio de lo que podría ser una bomba de tiempo.

Y no crea el lector que las autoridades federales, como la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), de la Semarnat, con el apoyo de elementos de la Guardia Nacional, clausuraron la tarde de este miércoles 15 de abril, el negocio que se ubica en el número 2507, como resultado de alguna inspección sorpresiva, sino que fue gracias a un amparo que ganaron vecinos de la mesa directiva de San Isidro Castillotla, representados por el abogado, Gerardo López Ramírez, de El Barzón de Puebla, lo que obligó que se cerrara la operación de esta gasera, que se antoja clandestina.

Y es que le comentó desde que se inició la construcción del inmueble, los dueños jamás dijeron la verdad a los vecinos de cuál iba a ser el negocio que va a funcionar, primero dijeron que sería un salón de fiestas, después un corralón de vehículos, hasta que al final dieron la desagradable sorpresa.

El negocio en cuestión primero fue rotulado como Hidrogas, luego le pusieron en los muros Global Gas y finalmente Gas Uno, se presume que fue con la intención evadir la aplicación de normativas y reglamentos, luego de que es en estas instalaciones donde se abastecen tanques de gas de diversos pesos, así como pipas, en muchas ocasiones que de manera simultánea se auto cargaban, sin contar con la más mínima norma de seguridad, además de que siempre dejaban al interior una pipa abastecida.

Antes de que los vecinos solicitaron la protección de la autoridad Federal, en muchas ocasiones estuvieron en las oficinas de Desarrollo Urbano, cuya titular es Beatriz Martínez Carreño, para materialmente rogarle que fuera clausurada. Porque operaba en una zona considerada habitacional, donde habitan cientos de familias y donde existe el riesgo de que pueda ocurrir una tragedia, luego de que, además de no cumplirse con los reglamentos de seguridad, opera en una zona considerada como prohibida por el riesgo que representa, pero no les hicieron caso.

Disfrazan la clausura como si fuera “cierre por Coronavirus”

Definitivamente esta empresa, de la cual se desconoce el nombre de los dueños o los socios, pero se sabe que operan de manera irregular, y lo más grave, con la protección de autoridades municipales, incluso del estado, esto luego porque una vez que fueron colocados los sellos de clausura por parte de las autoridades federales, los encargados colocaron enzima cartulinas escritas con plumón que de manera textual decía, "cierre por Coronavirus", lo que realmente no es cierto.

Ante esta acción de ocultar que el Gobierno Federal no respalda la operación de la gasera, surgen varias preguntas, una de estas que la hacen los mismos vecinos: ¿Será que los dueños piensan volver a abrir el negocio una vez que pase la pandemia?

De manera definitiva el gobierno de Puebla debería de poner atención al funcionamiento de este negocio de abastecimiento de gas, porque no importa el permiso o lo que pueden pagar los impuestos, cuando ponen en riesgo a cientos de familias, que llegaron a vivir mucho antes de que fuera colocada está gasera.

No hay que olvidar las tragedias que han ocurrido el negocio es abastecimiento de gas, que supuestamente cumplen las normas de seguridad, pero que la mayoría de estos están instalados en zonas donde no se pone en riesgo a la población.