Las conferencias de prensa mañaneras de Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla no dejan de sorprender a propios y extraños. Desde que comenzó el periodo de cuarentena no ha dejado pasar un solo día en el que no reprenda, increpe o desmienta a sus interlocutores naturales.

Desde sus colaboradores en el gabinete estatal, funcionarios de la federación, reporteros y líderes de la oposición, todos han sido el blanco de su irónico sarcasmo, claridad sin aduanas para decir las cosas por nombre y apellido; reprimendas públicas sin recaderos ni intermediarios.

El ejercicio de comunicación cotidiano del gobernador poblano se acerca más a una terapia de choque, técnica utilizada en el terreno de la psicología y psiquiatría para alentar la recuperación de pacientes en condiciones de depresión profunda, a quienes herramientas habituales para recuperar la salud mental han fracasado.

La forma de conducirse ha sido objeto de escarnio por el clasismo de una sociedad sin mucho atisbo de objetividad, o por consigna política de un grupo agazapado incluso desde la trinchera de la #4T o en el pasado.

Estoico, el secretario de Salud, Jorge Humberto Uribe Téllez sabe de ello. Cuando se enreda con la estadística del Covid-19 o yerra en la ubicación de municipios que no pertenecen al territorio poblano, como Papalotla, en Tlaxcala o Jalacingo, en Veracruz.

Al titular de Gobernación, un hombre congruente con la causa de la izquierda, David Méndez Márquez, también le ha llovido.

Por segundo día consecutivo recibió la “instrucción” este miércoles para corregir indolencias evidentes ante la pandemia, incluso más allá de las atribuciones estatales.

No hay galimatías, celofán ni falsas cortesías en los juicios del gobernador: “Los ricos nunca dan nada”, dijo sin sonrojo en la mañanera del 5 de Mayo, día que conmemorar la gesta de Ignacio Zaragoza, el general que en 1862 venció a los franceses alentados por una clase política privilegiada y conservadora, como sucede también en estos días.

Y lo repitió en la ceremonia de la efeméride en el mausoleo del general laureado: ¿quiénes no compartían lo que tenían (alimentos con las tropas liberales)? !Los conservadores¡ Esos nunca comparten nada.

Una frase de Barbosa debió calar hondo entre políticos que desde la función pública guardan en lo profundo la esperanza por ascender en el peldaño del poder. En buena medida describió su desempeño desde que asumió el cargo de gobernador, último en su etapa pública ha dicho con frecuencia: “No se trata de cuidarse políticamente. ¿Desgaste? ¡Mucho!”, les dijo a sus funcionarios.

Hace poco más de un año, previo al comienzo de la campaña extraordinaria en la que compitió por segunda ocasión habló de sí mismo en una entrevista introspectiva para Parabólica.MX (https://www.parabolica.mx/2019/politica/item/19557-luis-miguel-barbosa-el-candidato-sin-rencores )

En la vida política de un hombre (...) y mujeres siempre es una sucesión de acontecimientos y todos pueden ser importantes: sin lo que sucedió ayer no existiría hoy, y sin lo de hoy no habría mañana; yo soy de los que disfruto todos los días de mi vida (...)”.

Nadie puede llamarse a engaño o sorpresa. El Barbosa de ahora es el mismo del pasado. Las terapias de choque mañaneras en tiempos de pandemia no son más que la vitrina a través de la cual se observa un camino sin atajos ni dobleces.