Pedro F.R, (a) El Pelle, es en estos momentos el líder de un grupo criminal identificado como Los Rojos, que operan en la mixteca poblana, principalmente en el municipio de Acatlán de Osorio, donde se hacen cargo del tráfico de drogas, del asalto a transportes y el cobro de piso.

Además de que serían responsables de los recientes secuestros y ejecuciones de civiles y miembros de bandas rivales.

El Pelle, de acuerdo a una denuncia anónima llegada a esta columna, es quién tomó el lugar de Alejandro H. E, identificado como El Chino, quién fue abatido, por miembros de bandas rivales que operan en la sierra norte de Puebla.

Este personaje mantiene una disputa abierta, por el control de la plaza, con miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación, en el municipio de Guadalupe Santa Ana, que ha dejado como consecuencia múltiples ejecuciones y levantones, ante los ojos de autoridades municipales y el estado, que han preferido mirar para otro lado.

Quienes envían está queja, en espera de que sea atendida por el gobierno de Puebla, dicen que elementos de la policía municipal, en lugar de brindar protección a los habitantes de Acatlán, están trabajando como halcones, además de sicarios, para las órdenes de El Pelle, lo mismo que el director de seguridad pública, Héctor G.A, que les permite que puedan circular en vehículos de dudosa procedencia y que porten armas de grueso calibre.

El Pelle tiene antecedentes penales por delitos de alto impacto, además de que estuvo detenido en la cárcel del municipio de Atlixco, donde por razones desconocidas pudo obtener su libertad, pese a las denuncias que había en su contra consideradas como graves.

Quienes han sido víctimas de este grupo delictivo en secuestros, asaltos a transporte y comercios, lo mismo que casas habitación, además extorsiones, decidieron presentar una queja anónima, en espera de que sea atendida su demanda de seguridad.

Piden que la Guardia Nacional refuerce su presencia, junto con el Ejército Mexicano, para que pueda ser controlado y desmantelado este grupo delictivo, antes de que sigan manchando de sangre a los acatlenses.

Nos vemos cuando nos veamos.