Bengala, toro muy bravo ha sido tentado en la Plaza de Jaral de Peñas. Aprobado para echarle vacas, embistiendo muy de largo, harto de codicia y nobleza a la muleta de Arturo Saldívar, (Foto @migabar) Con gusto y presteza manifestados con el movimiento del rabo se arranca el albardado que va metiendo firme y bien la cabeza. Su lidia en tienta le ha valido ser “aprobado” en el examen para convertirse en semental, pasar a cubrir vacas para preservar la especie. Dios nos de más ejemplares con esta bravura, y se lleve lejos, muy lejos al incierto y descompuesto número 19 de nombre “Cobid”, que después de sus embestidas de pura bravuconería ya anda buscando tablas. ¡Sólo falta un certero golpe de puntilla!

Mucha ámpula levantó el Puyazo anterior de hace 8 días, a propósito de la Nueva Normalidad, - que de normal no tiene nada - que se ve venir en torno a la Fiesta, decíamos: se debe mandar, ubicar cámaras de TV., y cronistas micro en mano a las alturas de los tendidos y mencionamos lo impertinentes, inoportunos, gritones que suelen ser, esto trae a colación lo relatado por Manolo Moles, cronista serio cuando en año de 1991 al inicio de Canal Plus invitó al torero ya con varios años de retiro en Navalagamella, a donde en un bar fue a encontrarle a Antonio Chenel, Antoñete para convidarle a compartir la crónica de la corrida. El Maestro le respondió: - “Yo no valdré. Hablo poco“. - ¡Justo! Es el comentarista perfecto - le contestó Moles y confiesa que: “Acertamos y aprendimos”. Eso es exactamente lo que debe hacerse ante la celebración de la liturgia del Toro: Hablar poco.

Para seguir defendiendo a sudor de cuerpo, participando de manera activa en las faenas camperas para defender la nombradía bien ganada por sus toros en muchas plazas. Toros creados con cariño, esfuerzo y mucha vocación ganadera; con ropa de trabajo el ilustre ganadero don Victorino Martín, personalmente en estos días de estar en casa, su casa del campo bravo en Portezuelos, Cáceres se encarga de llevar a los comederos en los potreros el sustento de sus toros, que mientras les sirve el brunch, continúan paciendo, gozando del bellísimo entorno, el paisaje que rodea su finca ganadera. (Foto, JUANJOMART)

Va el remate de los mucho ya escrito sobre el “Rey de los Toreros” en su centenario: Las palabras genio, genial, impresionante, por exceso de abuso están ya muy devaluadas lo mismo que literalmente, “sin valor absoluto” (sic.), por eso: prefiero pensar y compartir que el Señor Dios todo poderoso y supremo Juez, cuándo está viendo los toros desde su palco en una nube celestial, pocas veces baja a este mundo terrenal, pero en el caso de Joselito El Gallo, el Señor bajó a con José y éste al verle; respetuosamente, se desmóntero, y el Señor puso su mano sobre el rostro gitano. Eso era Joselito un “tocado por la mano de Dios”. Lo que guardando el debido respeto por lo ocurrido el 16 de mayo de 1920 fue una verdadera maravilla de asombro, el que al día siguiente 17 de que mayo la revista “La Lidia” en su edición de la tarde, saca un ejemplar especial, con fotografías y a color, cuando no existían la prontitud ni la tecnología de comunicación de hoy. FOTO 4. Portada de la edición especial de “La Lidia”. Seguros estamos que en nuestros días sí se le dijera a cualquier editor, hoy se llaman web máster, web designar; que es urgente, imperante sacar una edición especial a color en menos de 24 horas, no habiendo Fax’s, Celulares, Internet, mail’s, ni LAPs o P.C’s , ni cámaras fotográficas lo que implica: tomar las fotos, revelar, imprimir y hacer grabar los clisets para imprimir el diario. La respuesta inmediata sería: “Imposible”.

Nos despedimos citando al inmortal y lleno de sabios consejos Conde de Montecristo quien nos dice: “Vivid pues, y ser dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvides nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir del hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar!”. Alejandro Dumas.