La bandera de campaña de AMLO siempre fue acabar con la maldita corrupción en México, que a su decir, era la madre de todos los males que padece el país.
Erradicarla permitiría tener un sistema de salud más robusto, habría mayor creación de empleos, disminuiría la inseguridad y la riqueza en México se distribuiría de manera más equitativa.
Durante 18 años ese fue su estandarte, su grito de guerra. Frases como aquella en la que aseguraba que “barrería” la corrupción como las escaleras, de arriba hacia abajo, eran comunes en sus discursos de campaña.
Al llegar al gobierno, López Obrador insistió en que el peor de los males en México, era toda la corrupción que sus antecesores habían solapado.
Muchas de las decisiones que tomó –y que fueron seriamente cuestionadas- como la erradicación del Seguro Popular, fueron justificadas por el propio presidente bajo la premisa de que esos programas eran parte de una corrupción que dañaba al país.
Ayer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló que lejos de erradicarse o reducirse, la corrupción en México aumentó, precisamente durante el mandato de AMLO.
En 2017 con el priista, Enrique Peña Nieto, la tasa de población que tuvo contacto con algún servidor público y experimentó algún acto de corrupción fue de 14 mil 635 por cada 100 mil habitantes. En 2019, con Andrés Manuel, aumentó a 15 mil 732 por cada 100 mil habitantes.
Así que no se deje engañar. La próxima ocasión que el presidente diga en la mañanera, o en cualquier otra entrevista, que él sí acabó con la corrupción, recuerde que siempre tiene “otros datos”.
Horas nalga en Puebla
A través del memorándum HGP/DIR/089/2020, la dirección del Hospital General del Sur solicitó que el personal administrativo y médico que labora en ese nosocomio cumpla con las horas que su contrato establece.
“En caso de presentarse casos de ausentismo que no tengan una justificación en Recursos Humanos, se levantará acta administrativa en la que correrán el riesgo de responder ustedes por omisión”, señala el oficio dirigido a los subdirectores.
Esta indicación que podría parecer un simple recordatorio de las obligaciones laborales se realiza en un mal momento, ya que algunos de los elementos que colaboran en ese nosocomio se queda, forzosamente, a cumplir con un horario independientemente de que tengan o no, actividades que realizar.
La permanencia innecesaria en el Hospital General del Sur, como en casi todos los centros médicos del país, aumenta considerablemente el riesgo del personal sanitario a contagiarse con el SARS-CoV-2.
En esta, como en otras circunstancias, el sentido común, el compromiso social y esquemas de flexibilización como los llamados “bancos de horas”, podrían ser una mejor alternativa.