No es la congruencia la que ha acompañado a la clase política. Salvo honrosas excepciones, en el Partido Acción Nacional priva el doble lenguaje que va quedando desnudo, conforme pasa el tiempo.

En el desaforado intento por ganar mayores espacios de poder se termina por jugar con fuego. No es ajeno a esa práctica el afanoso constructor de México Libre, Felipe Calderón Hinojosa que abrió la puerta al grupo político de Rafael Moreno Valle, en la aspiración de su hermana Luisa María Calderón (La Cocoa) para gobernar Michoacán en 2011.

La historia no tiene pierde en el contexto actual que vive el territorio, con la alternancia política tras el dominio por ocho años ininterrumpidos luego del triunfo en las urnas de Moreno Valle en 2010, hasta su caducidad en 2018.

Era mediados de 2011 y apenas comenzaba el periodo de gobierno de Moreno Valle en Puebla. El entonces aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Acción Nacional abordó el helicóptero Agusta en Casa Puebla acompañado de dos personajes: Eukid Castañón y su entonces secretario particular.

El trayecto según la bitácora de vuelo marcaba como destino el aeropuerto de Hermanos Serdán de Huejotzingo desde donde partió a bordo de un avión rumbo a Morelia, Michoacán en donde los Calderón-Felipe, entonces presidente de México y Luisa María, su hermana-, libraban una batalla en el interior de Acción Nacional.

En la interna panista que vería su último capítulo en Agosto, la hermana del presidente de la República ganaría a quien ahora dirige el CEN panista, Marko Cortés Mendoza.

En el trayecto rumbo a Morelia ambos personajes -gobernador y su operador electoral- trazaron la ruta para comenzar a operar el apoyo que desde Puebla se daría a la candidata de Acción Nacional que luego sería derrotada por el priista Fausto Vallejo.

Los Calderón como jefes reales del panismo nacional abrieron la puerta a quien ahora enfrenta dos procesos penales por el probable delito de extorsión y lavado de dinero -causa última de la que se estima haber obtenido sólo por contratos de obra pública más de mil 500 millones de pesos-.

La calidad moral de los Calderón estaba la vista. El indecente pragmatismo con el que se condujeron los llevó a pactar con grupos caciquiles vinculados con grupos delictivos, como es el caso poblano.

Aún y cuando el ex mandatario haya marcado distancia de Moreno Valle al considerarlo dictador en su más reciente libro en circulación, Decisiones difíciles no tuvo empacho en encumbrar al grupo político que los poblanos en mala hora debieron padecer y cuyas secuelas aún perduran.