¿Ha notado usted que cada vez que las cifras desenmascaran a Hugo López Gatell, hay un cambio cosmético en la presentación del informe técnico diario por el Coronavirus en México?

Ayer no fue la excepción, desde mediados de la semana pasada la conversación sobre el número de casos positivos así como el de muertos derivó, primero en que rebasamos los decesos que reportó España y después, que le arrebatamos a Francia el quinto lugar a nivel mundial de personas que han fallecido a causa del SARS-CoV-2, de acuerdo con el mapa de la Johns Hopkins University (JHU).

Los López, AMLO y Gatell, faltaba más, salieron presurosos a explicar que no es correcto comparar el número de decesos reportados oficialmente con países europeos. La razón principal dijeron, es la cantidad de personas que viven en cada país, además de las características de la población, por ejemplo las comorbilidades de los mexicanos, que no padecen los europeos. En España, no está por demás decirlo, existe una población mucho más vieja que en México.

En esta nueva manera de presentar la información, los “Casos Acumulados” cambiaron de nombre a “Casos Positivos”. El número de “Confirmados Activos” que diariamente nos decían cuántas personas eran portadoras del virus y tenían capacidad para transmitirlo, simplemente desapareció y en su lugar pusieron “Personas Recuperadas”. Sin duda es importante conocer cuántos mexicanos libraron la enfermedad pero ocultar el número de ciudadanos que transmiten el Covid-19, es riesgoso.

En esta maquilladita, López-Gatell dejó pasar una oportunidad de mejorar y prefirió ocultar la gráfica mundial donde se contabilice cuántas pruebas se realizan diariamente en México y en los demás países en función del millón de habitantes. Es obvio que nuestro país ocuparía los peores lugares. Y aunque el subsecretario insista en que no es necesario hacer test de manera masiva, lo cierto es que el resto del mundo sí los considera necesarios y los aplica.  

Así, aplicando las pruebas y detectando tanto a los asintomáticos como a quienes recién contrajeron el virus, muchos países europeos y asiáticos han logrado controlar los llamados re-brotes y atender las comunidades donde el coronavirus se presenta. Para eso serviría hacerlo en México y más ahora que el regreso a las actividades normales, aunque el mapa de la República se encuentre en naranja y rojo, es evidente.

CDMX, un ejemplo

Al margen de las voces que señalan un distanciamiento entre el subsecretario y Claudia Sheinbaum, lo cierto es que algunas de las medidas que se aplicarán desde este lunes 6 de julio en la capital del país, resultan interesantes tanto que parecería que la jefa de gobierno de la Ciudad de México le hizo la chamba a Hugo López-Gatell y le corrigió la plana con buenas decisiones.

Veamos. Colocar “puestos sanitarios itinerantes”, en las calles de mayor circulación, donde además de arcos de sanitización, se obligue al uso de cubre bocas y se mida la temperatura de los peatones en el Centro Histórico, permitirá reducir el número de contagios.

Cerrar las estaciones del metro que convergen en el primer cuadro de la Ciudad de México, para desincentivar la visita de curiosos y turistas locales, también ayudará a reducir la acostumbradas aglomeraciones.

La invitación a que sólo una persona acuda a realizar las compras necesarias y que lo hagan a través de la primera letra del apellido de los capitalinos, también suena una buena invitación, aunque habrá que conocer la respuesta de la ciudadanía.

Finalmente, el anuncio del gobierno de Sheinbaum Pardo para comenzar, ahora sí, con las sanciones a los negocios que incumplan con las medidas de sanidad, parece ser, una buena estrategia para disminuir los contagios y liberar un poco la presión en los hospitales capitalinos.

Llegado el momento, es decir, cuando Puebla logre dejar el semáforo rojo y comience la desescalada, valdría la pena evaluar cuáles de estas medidas funcionaron y aplicarlas en la Angelópolis.