De acuerdo a la tradición cristiana, el 15 de agosto se celebra la Asunción de la Virgen María. Es la creencia de que el cuerpo y alma de la madre de Jesucristo fue llevado al Cielo tras terminar su tiempo en la Tierra. Una solemnidad estrechamente vinculada con las corridas de toros.

En la tauromaquia la inmolación del toro es un rito que en su origen se llevaba a cabo para obtener fertilidad –tener hijos es una Gracia– pero, también, como una celebración del día del Santo patrono o de la Virgen del pueblo. En la actualidad, la mitad de los toros que se sacrificados en España se realizan en honor a la Virgen María.

El sacerdote jesuita Ramón Cué explicaba que hay muchas maneras de rezar el Ave María: “El arcángel Gabriel no necesitó los labios. El torero puede rezarla con su capote. Porque la lleva en su corazón. Que es un vivo altar portátil en el que lleva consigo entrañablemente a Nuestra Señora.”

En España, el 15 de agosto es día festivo a nivel nacional. Por lo que muchas localidades celebran sus fiestas mayores en esta jornada.

En México, destacan las celebraciones realizadas en Huamantla, Tlaxcala y en Teocelo, Veracruz.

La noche que nadie duerme en Huamantla es una peregrinación de la imagen de la Virgen de la Caridad por las calles de la ciudad sobre tapetes elaborados de aserrín en la madrugada del 15 de agosto. Antes del peregrinaje, se lleva a cabo la “corrida de las luces” en la que toreros y aficionados veneran a la Santísima Virgen.

Teocelo, ubicado en la zona centro del estado de Veracruz, es otro municipio con una fiesta añeja y peculiar. Los festejos en honor a la Patrona del lugar empiezan una semana antes del 15 de agosto.

Desde finales del del siglo XIX se coloca un arco floral en la parroquia de la Asunción. Adelante del arco, varios hombres llevan cargando la imagen de la Virgen. Acompañando esta procesión van cientos de hombres, mujeres y niños, algunos disfrazados de payasos o de personajes representativos del municipio, también asisten músicos que viajan de distintas localidades para cantarle a Nuestra Señora.

Otro de los atractivos de la fiesta es la alfombra de aserrín pintado en honor a la Asunción. Los vecinos de la calle 20 de noviembre empiezan a realizar dicha alfombra desde la madrugada del día de la procesión.

El primer festejo del que se tiene registro en Teocelo fue el 15 de Agosto de 1915, tarde en la que se presentó Luis Freg. Desde entonces, durante la semana de fiesta se realizan vaquilladas: se sueltan animales bravos y los valientes de la localidad los torean en las calles del pueblo.

En el 2012, un grupo de políticos oportunistas declararon el municipio como “antitaurino” y prohibieron la realización de vaquilladas y corridas de toros. Pero la prohibición nunca se respetó. El fervor religioso y la afición a los toros tuvo mucha más fuerza que las necedades prohibicionistas.  Los teocelanos, al igual que otros muchos fieles en México y España, querían rezar el Ave María con su capote.

En este año en que la pandemia no nos permite festejar la Virgen con una corrida de toros, encomendémonos a la Asunción para que su Gracia nos llene a los taurinos de esperanza.