Sigue el proceso de investigación de la presunta corrupción encontrada en el gobierno que presidio José Juan Espinosa Torres en el ayuntamiento de San Pedro Cholula, por el cual tiene una denuncia en su contra.

Las investigaciones han empezado a arrastrar a algunos personajes, a quienes los nervios empiezan a hacer presa.

Tal es el caso del eterno aspirante a la misma alcaldía, Julio Lorenzini.

Trascendió en la zona cholulteca que la Fiscalía General del Estado inició investigaciones en contra del empresario hotelero y político cholulteca.

Podría ser acusado en próximos días oficialmente de asociación delictuosa, peculado y lavado de dinero.

Todo dentro de la carpeta de investigación abierta contra el ahora diputado con licencia, José Juan Espinosa Torres.

Primero fue en redes sociales, donde empezó a circular las indagatorias realizaba la FGE, en contra del también ex diputado federal.

Posteriormente se confirmó dicha investigación, por fuentes periodísticas.

Y todo porque se encontraron facturas que amparan la compra de material presuntamente utilizado en la remodelación y ampliación del Hotel Xelhua.

Por cierto, fue una construcción muy polémica al encontrarse en el polígono de la Gran Pirámide de Cholula.

Cabe decir que en ese tiempo el ayuntamiento cholulteca jamás vio, ni mucho menos clausuró las obras.

En tanto, el ex candidato a presidente municipal Lorenzini, emitió un video para defenderse.

Lo chistoso es que presentó en su defensa una carta de antecedentes no penales, como si eso lo eximiera o exonerara de cualquier asunto jurídico o investigación en su contra.

Como abogado debería saberlo.

El giro

Julio Lorenzini ha sido constantemente protagonista de diversos escándalos.

Conocido por demandar a medio mundo, hasta por quien lo ve feo.

A principios de este año le comentamos que incluso quien fuera el secretario técnico de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla, José Víctor Juárez Vázquez, fue detenido por elementos de la Policía Ministerial.

El activista representante del Colectivo Especializado en Derechos Humanos fue detenido por una denuncia por el supuesto robo de un boiler en 2015.

Víctor Juárez al ser vecino del hotel Xelhua, denunció a Loenzini por irregularidades de la ampliación del inmueble, sin los permisos del ayuntamiento y mucho menos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La respuesta de Lorenzini fue denunciar al activista en 2016 por el robo de un boiler.

Pero no prosperó por falta de elementos, ya que solo contaba como prueba a dos supuestos testigos, por lo que se archivó la averiguación previa tres años.

Sin embargo, en 2019 se activó, cuando ya nadie se acordaba.

La activación provino del Tribunal Superior de Justicia, ya que un juez giró la orden de detención.

Víctor Juárez, salió luego de ser ingresado al Centro de Reinserción Social de Cholula, tras el pago de una fianza superior a los 40 mil pesos, luego de que lograron bajarla de más de cien mil pesos que solicitó el juez.

Ahora en esos giros que da la vida, Lorenzini es investigado por los recursos utilizados en esa misma construcción, presuntamente desviados del erario como prestanombres y como pago a favores políticos.

Poco a poco la FGE va reuniendo los elementos.

Habrá sorpresas. Tiempo al tiempo.

El retrogrado 

Las alertas sonaron en las filas panistas, cuando hace unos días el sobrino preferido, dijo que los matrimonios gay o lésbicos, no deben adoptar niños. 

Y es que el diputado Oswaldo Jiménez López, sacó desde el fondo de su corazón esta forma de discriminación, ante la imposibilidad de frenar este tipo de matrimonios. 

 

Indico que con la aprobación del matrimonio igualitario se violentan los derechos de los niños a ser adoptados por una familia donde estén presentes la figura de “papá y mamá”, lo cual, dijo, no se logra con una pareja de hombres o de mujeres. 

Las alertas se prendieron por este tipo de comentarios retrógradas y puritanos. 

Y es que dicen no había necesidad de patalear ni desgastarse cuando ya estaba perdida la batalla. 

Era preferible esperar tiempos mejores. 

Pero el diputado se persignó, hincó y se flageló.

Pena ajena.