Francisco Rubiales Calvo a quien recordamos como Paco Malgesto quien prácticamente profetizó ante las grandes multitudes que en torno a “El Monstruo de Córdoba” se congregaban en rededor a su atractiva personalidad. Cuando su primera visita a México, año de 1946, hasta al salir del hotel donde pernoctaba se instalaban graderiós para que el gentío cómodamente pudiera verle pasar: “ Esto no se volverá a verse en México hasta que nos visite un Papa” enfático sentenció el de la popular frase de, ¡¡¡ Oiga Usted”. Aquí en Puebla no fue la excepción; del gran tesoro fotográfico que conserva el inquieto Pedro Sarda se publicó esta imagen coloreada donde vemos a Manuel Rodríguez “Manolete” bajo el puente del hoy bulevar 5 de Mayo cruce con 18 poniente. La entonces llamada crema y nata poblana, junto con los acompañantes del torero posan para el histórico, memorable momento entre los grandes aconteceres de esta Puebla de los Ángeles. Comentarios hubo muchos predominando el gran parecido del “Manolete” en la muy vista y reciente interpretación de Adrien Brody en el film con ese nombre, Brody salta a la fama en 2002 por su actuación en “El pianista”. El asombro ocurrido en cientos de curiosos poblanos surge debido al enorme parecido entre los dos muy famosos, torero y actor.

Mientras que el Covid, marrajo herrado a fuego con el número 19 y el mal tiempo pasan, en el albero siguen preparándose de manera intensa, los 2 Arturos 2; Saldivar y Gilio jr, continúan intensa labor de toreo, les vemos en el campo, en el rancho “El Peñolito” por el rumbo lagunero de Durango lidiando toros de encaste Parladé, tocando a cada torero tres toros de los 6, dos salieron con excelentes notas de tienta; felicidad y gusto, todo; rancho y ganado propiedad de Arturo Gilio Hamdan. Para un renglón de oro más en su carrera novilleril Arturo jr., indultó al Toro “Magnífico” de nombre y comportamiento herrado con el número 44 y con 480 kgs., de Pablo Moreno. En el cortijo de esa casa en Zapopan, Jalisco.

La tremenda bravura y sobre todo el gran celo, de un toro de “Barralva”, de los Álvarez Bilbao;  ya con la montura en el suelo, el negro número 100 descarga su empuje, poniendo en aprietos a las asistencias y peones de brega para alejarlo de su presa, con el lancero Efrén Acosta hijo ya de pie; una lástima que no anduviera por ahí la diputada que afirma que los toros son mansos, para convencer al toro que deje al tumbado caballo. Oportuno disparo de Manolo Briones que muestra la enorme fuerza del toro para provocar el tumbo, tomado en el cortijo “Los Ivelles”, Novillada de triunfadores el fin de semana pasado.  

Curiosa fotografía de mucha autenticidad: febrero de 1914, publicada en la revista “La semana ilustrada” de aquella época, aparece el Matador Rodolfo Gaona conduciendo su motocicleta y llevando a su lado en el side car a su apoderado Chano Lozano, de muy buena gestatura y atrás su inseparable mozo de espadas “Maera” rumbo a un banquete, según crónica. Abajo en la foto aparece uno de los convidados al agasajo, con enhiesto bigote. Don Rodolfo ese año 1914 y hasta 1920 toreó en España cerca de doscientos noventa corridas, muestra de que sí se puede, que los nuestros de antes sí podían. Hoy van por un par al año, o a lo mucho media docena de festejos, para regresar después de tremendas madrizas. Nosotros insistimos y recalcamos la elegantísima manera que antes la gente del toro tenía en vestir, nada de desfajamientos, desfachateces, ni faldas de camisas al aire. Eso era tener y darse categoría, cosa ahora extraviada  Foto: Archivo tauro-periodístico de José Luis Ayala.

Para despedirnos hoy va esta nota de gran actualidad. Juan Antonio Ruiz “Espartaco” fue casero de Maradona cuando Diego Armando fichó por el Sevilla. Así tuvieron oportunidades mil de intercambiar abrazos, vinos y charlas, el Matador relata que una vez: “Maradona me dijo esto del fútbol es adelantarse un segundo antes a lo que va a hacer el contrario. Lo que para el futbolista es pasar una pelota o que se la quiten, para nosotros es que te coja o no el toro”.