Desde el municipio de Tecamachalco, durante la administración de Inés Saturnino López Ponce como presidente municipal, el robo de hidrocarburos se hizo presente.
Los habitantes fueron testigos de desfiles de decenas, más de un ciento de vehículos que llevaban gasolina robada, todos ellos con permiso para cruzar esa ciudad, mediante el pago de mil pesos por unidad, por día.
La complicidad del cartel de los huachicoleros con el Ayuntamiento se hizo más que evidente.
La indiferencia del Gobierno de Puebla de la administración de Rafael Moreno Valle, sobre lo que ocurría en Tecamachalco y otros municipios provocó la proliferación del crimen y que todos los asuntos se arreglaran mediante las amenazas, levantones, ejecuciones.
Muchos delitos dejaron de ser investigados, sobre todo la evasión de un preso de la cárcel de Tecamachalco, que demostró la complicidad del crimen organizado con las esferas más altas de esa administración municipal.
La Orden
El sábado 18 de agosto, Inés Saturnino López Ponce, una semana antes de que entregara la presidencia municipal de Tecamachalco, donde fue el presidente por segunda ocasión, fue levantado por un comando de hombres armados, lo mismo que su chófer.
Los desconocidos lo interceptaron cuando iba a bordo de su vehículo y durante 15 minutos lo estuvieron paseando por diversas calles del municipio, tiempo suficiente para que quienes se lo llevaron le dieran alguna indicación.
Una vez que había recibido algún tipo de orden o de haber llegado a un acuerdo, fue regresado a donde estaba su vehículo, donde al menos 25 elementos de la Policía Municipal habían comenzaran a buscarlo.
El levantón del edil fue desmentido de inmediato, nadie debería de saber que había ocurrido, porque lo siguiente sería la culminación de la importante fuga de todo un capo de la delincuencia organizada, ligado incluso a los cuerpos de seguridad del ya nombrado "Triángulo Rojo".
La fuga del jefe de "Los Aquino"
El lunes 20 de agosto, Martín Aquino Flores Ángelo oriundo de la Junta Auxiliar de Palmarito Tochapan, del municipio de Quecholac, preso en el Cereso de Tecamachalco, sentenciado a 30 años de prisión por el delito de homicidio y otros, se dio a la fuga.
Flores Ángelo, fue comandante de la Policía Municipal de Quecholac, estuvo involucrado en delitos de alto impacto, como robo de hidrocarburos, relacionado como jefe de la banda de “Los Aquino", que mantuvo una rivalidad con otro grupo criminal identificado como "Los Fuentes".
Martín Aquino escapó al brincarse la barda del Cereso de Tecamachalco, moviendo unas láminas que se encontraban en el techo, sin que supiera de su fuga hasta la tarde de ese lunes.
Sobra por demás comentar que de esa fuga no hubo ni un solo responsable, ni siquiera José Arturo Torres, director del Cereso en ese entonces y quien cuidaba del padre de Inés Saturnino, preso por haber asesinado a un menor de 15 años de edad.
Pero esa es otra historia.
Nos vemos cuando nos veamos