Como las reses mansas, inciertas de morlacas embestidas y de horripilante comportamiento. ¡Vista y fuera! Nada de reelección. No, no fue la única levantando absurdamente la mano en su necedad de que querer prohibir las Corridas de Toros en Puebla, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y ciudad con un increíble Patrimonio Histórico y Cultural, incluyendo que en la Plaza Principal, hoy zócalo, desde los primeros años de la fundación, hace ya casi 500 años se celebrasen y corriese toros, al grado de que el obelisco central fue desplazado hacia los soportales del oriente, al Portal de Mercaderes, para dar cabida al espectáculo, antes hoy y siempre de Reyes. En el Siglo XIX existía en la esquina de éste portal una pilastra que se utilizaba para colgar los carteles de las Corridas de Toros; nos dice don Hugo Leicht.  Las tumbas y sacros lugares de reposo de Alcaldes, Virreyes y Señores de la gran Puebla debieron en días pasados haber convulsionado – Sí se sintieron fuertes sacudidas – ante la estupidez de quienes mal ocupan sillones del Cabildo. Mire Usted que pretender quitar a Puebla parte importante de su quintaesencia, parte de lo que Maesse Héctor Azar llamó “La Puebla intemporal”. Entiéndase, las costumbres y tradiciones de Puebla y los Poblanos vivirán por siempre, creciendo al paso de los años.

Pronto, muy pronto, tal como se ve en la foto, polvaredas y el repetumbe – María Felix, dixit – el fuerte sonar del paso de los Toros habrán de escucharse en El Relicario. Pero más fuertes que los sonoros y acompasados ¡Oleees ¡ habrán de escucharse los gritos de “Fuera claudia”…”Largo de aquí” gritos no ofensivos,  gritos muy bien ganados por su falta de sensibilidad. Sí bien durante su abominable gestión de baratillo se llegó al extremo vergonzante y estúpido0 de permitir la instalación de puestos de tacos de carnitas en las afueras del Palacio Municipal, siendo eso la evidencia del futuro que espera a la aborigen ésta ante el fracaso de su pretendida reelección, a ello tendrá que volver, de ahí su incondicional apoyo al ambulantaje; ya la veremos al frente de su puesto de memelas.

Pero volvamos al tema del Toro. Poco más que añadir tituló el Matador Pedro Gutiérrez “El Capea”, Perico, para los amigos, a esta foto, y en realidad, nada, nada hay que agregar, la imagen lo dice todo. Ya antes hemos insistido en aquella falsedad de que el  toro embiste en las Plazas al verse acosado, encerrado en un redondel…Que las embestidas son una respuesta a la agresión… Que el Toro responde así, defendiéndose, del mal trato. ¡Mentira!. Así con el mismo placer con que el torero muy disfrutoso de las francas embestidas, estas van con todo el placer y enjundia al meter los pitones tras la muleta, con la misma intensidad y entrega que vemos lo hace en la libertad del campo abierto.

Sergio Flores, tentando en la tranquilidad y privacia de una bellísima Plaza de tientas, con fondo espectacular, imponente espacio arquitaurino, donde predomina la cantera y subrayamos el magnífico detalle de la talla en madera en los burladeros; el arcado torreón mirador con una expresiva escultura del Toro Bravo, monumento que domina el escenario. Se trata de Barralva, la casa ganadera avecindada en el rancho “El Raspiño” en municipio de Santa Rosa de Jáuregui, estado de Querétaro, propiedad de los sucesores de los señores Álvarez Bilbao.