Entre las figuras públicas que más descrédito arrastran entre los poblanos están los diputados y esta animadversión no es de gorra.

En las últimas semanas, 19 de los 41 legisladores decidieron que tienen cosas más importantes que hacer que cumplir con su tarea y por eso solicitaron licencia para ausentarse durante las campañas.

Con casi la mitad de las y los diputados del Congreso de Puebla en plena campaña y buscando otro puesto, se habrán de atender los temas que surjan en el cierre de esta legislatura, como la despenalización del aborto.

Aunque en el discurso nos insistan en que no habrá una parálisis legislativa, los hechos les refutan en la cara que sí, que será imposible realizar las reformas necesarias o proponer nuevas leyes en lo que resta de esta legislatura; y la razón es muy simple: no superarán a tiempo la curva de aprendizaje.

Por si ya lo olvidaron o por si tienen otros datos, las y los actuales diputados tuvieron que pasar al menos tres meses empapándose del proceso legislativo. Amen de que algunos aún siguen en esa etapa, podemos decir que después del periodo de aprendizaje, comenzaron a realizar las tareas para las cuales se les pagan jugosas y suculentas dietas.

Pero ahora, los suplentes tendrán que entrar al quite, buscando urgentemente aprender los más básico del proceso para presentar iniciativas, dictaminarlas, hacerlas ley, citar a comisiones, conocer los temas que duermen el suelo de los justos y hasta cómo presentar un simple punto de acuerdo. Casi nada.

Y lo peor es que cuando las y los suplentes consigan tener algo de experiencia, muy probablemente tendrán que dejar sus puestos para que quienes pierdan o ganen, regresen a cobrar muy quitados de la pena.

Y como muestra de que andan más preocupados en salir huyendo que en hacer su tarea, les comento que aunque desde el lunes los notarios habían solicitado una reunión con los diputados para conversar sobre las reformas a la Ley, los legisladores les dejaron caer toda la burocracia.

El oficio fue recibido, faltaba más, pero turnado ayer martes, minutos antes de que la sesión ordinaria terminara, es decir, una hora después de que nuestros levantadedos ya habían aprobado la reforma. En resumen, ni los escucharon, ni los vieron.

Golpe certero en Zacatlán

Después del trago amargo y el susto que vivió el presidente municipal de Zacatlán, Luis Márquez Lecona, tras ser secuestrado, la Fiscalía de Puebla informó de la detención de dos de sus presuntos secuestradores.

El operativo, realizado después de que Pablo Leonardo N. de 40 años y Ronald Raffid N. de 28 años de edad, solicitaron un nuevo rescate para no volver a capturar al presidente municipal, permitirá que al menos esos dos individuos no continúen delinquiendo.

Es verdad que aún faltan más detenciones, pero confío en que este manotazo resuene en toda la sierra para que se logré inhibir la inseguridad y que delitos como el secuestro, dejen de atemorizar a los habitantes.