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Satisfecho y muy agradecido por los comentarios del gusto y difusión que ha tenido lo escrito por éste golpea-teclas sobre los antecedentes históricos de la significativa presencia de las fiestas de correr y alancear toros en esta Puebla de los Ángeles desde los primeros años de su fundación, continuamos con el tema. Aquí la llamada Plaza Principal, hoy zócalo, con el bullicio, la algarabía que estas fiestas despertaban – lo siguen haciendo - , entre vecinos y primeros pobladores. La imagen corresponde a 1era calle después del Portal de Mercaderes, rumbo al Parián, en esa esquina lugar donde se colocaban los carteles anunciando las Corridas y esa era la entrada a los graderíos que tablajeros, maestros carpinteros construían en la Plaza para esos y otros jolgoriosos entreteneres. 

Lo mencionamos con anterioridad, la fuente central de aprovisionamiento de agua para la toda la ciudad, y en este caso para los avecindados en el centro; fuente en sus inicios acompañada de un obelisco, colocada en el Centro geográfico de la recién fundada población en año del Señor de 1531, debió ser modificada en su diseño. Hoy la conocemos como Fuente de San Miguel, en honor del Santo Patrono de la ciudad, movida, y ubicada más hacia al polo del sol naciente; al oriente, frente al Portal de Mercaderes. Desplazamiento ordenado y hecho para permitir que con toda libertad se jugasen Toros en esa Plaza Principal. En la esquina inferior derecha de este plano antiguo de la Puebla vemos el desplazamiento de la fuente. Y en el recuadro, el juego de toros en la Plaza en los alrededores de la célebre fuente.

Vistiendo sus mejores galas, vestidos y trajes principescos; los alcaldes y sus mujeres lo eran: gente de muy alta alcurnia, de méritos innegables para ocupar esos puestos. No nada más ellos: la nobleza, el pueblo entero, todos los vecinos lucían espléndidamente elegantes vestidos para asistir a las fiestas, todos bien  emperifollados para disfrutar de las suertes de alancear, más tarde convertida en rejoneo, de toros por los caballeros, tal como en la vieja ilustración vemos. Suertes que desde entonces eran ceremoniosamente ofrecidas en “Brandís” a bellas damas y personajes o visitantes ilustres. Recordemos que las coronaciones de Reyes, Virreyes; o cuando estos señores llegaban a esta Nueva España, o al visitar esta Ciudad de los Ángeles, sus aniversarios, pomposas bodas y otras festividades eran celebradas con correr y alancear Toros, por supuesto y dicho queda en la Plaza Principal.

Ante la evidencia y certeza malévola de estos hechos: intentar prohibir la Fiesta Brava. Mire Usted que dándole vueltas a lo absurdo; “La cabeza me dio un giro de 360 grados…” Frase muy utilizada con absoluto desconocimiento, multicitada con frecuencia,  cuando lo correcto es hablar de un giro de 180 grados. Pero lo cierto, es que así sentimos; no uno, varios giros y mareos por las vueltas de cabeza, hasta 360 grados, sin poder comprender el atrevimiento de un puñado de mequetrefes. En realidad, resulta muy difícil pensarse, imaginarse una ciudad tan bellamente trazada como La Puebla sempiterna. Más difícil aún resulta imaginar la destrucción de su riqueza en tradiciones. Solamente mentes enfermas pueden cabildearlo, con sus truécanos. Y aquí la despedida con palabras de un torero histriónico, ganadero, taurino inmenso, tan grande como su buen decir, don Mario Moreno “Cantinflas” quien certeramente expresó: “Estamos peor, pero estamos mejor, porque antes estábamos bien, pero era mentira. No como ahora que estamos mal. Pero es verdad.” Culminante frase pronunciada en su película “Su Excelencia” año de 1967 y que bien aplica en estos días.