Con el lema “La Valoración del Agua”, este año arribamos al Día Mundial del Agua establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reflexionar, analizar y crear conciencia sobre la importancia y valor de este líquido que es la base de la vida y la economía del planeta. La falta de agua, el reducido tratamiento de aguas residuales, las sequías recurrentes, la desaparición de acuíferos, la contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, y la ausencia de una cultura de manejo, cuidado y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática creciente.
Como ejemplo, desde el 16 de mayo hasta el 31 de diciembre 2021, 12 alcaldías de la Ciudad de México y 13 municipios del Estado de México, recibirán menos agua del Sistema Cutzamala debido a que sus presas se encuentran al 50 por ciento de almacenamiento por falta de lluvias durante 2020. Es uno de los peores registros en los últimos 25 años, según informes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y la Comisión de Aguas del Estado de México (Forbes, 18 Marzo 2021)
El agua tiene un valor mayor a lo que nos cuesta, pero la creencia de su abundancia en la naturaleza no nos ha permitido desarrollar una cultura de su cuidado y uso racional. Los niveles de pérdida son altos en los diferentes usos. No hay respeto por las barrancas, lagos, ríos y mares; hay desde apropiaciones de la zona federal hasta descarga de aguas residuales, escombros urbanos y desechos sólidos de los centros de población.
La realidad es que las lluvias han escaseado en los últimos años, las sequias han sido más recurrentes e intensas y el agua no alcanza para cubrir todas las necesidades de los diferentes usos. Según datos de la CONAGUA el 76 por ciento del agua extraída en México se destina a riego agrícola, el 14 por ciento a uso público urbano, el 5 por ciento a la industria y el 5 por ciento a la generación eléctrica.
El catálogo de problemas del agua en México puede integrarse con los siguientes:
-Disminución de la disponibilidad, desaparición y contaminación de acuíferos que limita el abastecimiento a las diferentes necesidades de la población.
-Insuficiente apoyo al tratamiento de aguas residuales por altos costos de los métodos usados, ausencia de reúso y carencia de recursos en estados y municipios.
-Deforestación y erosión de tierras que reducen la capacidad de infiltración de agua al subsuelo, reduce la recarga natural de acuíferos y aumenta la posibilidad de inundaciones y sequias.
-Elevados niveles de pérdida de agua en la conducción y distribución debido a infraestructura vieja que ya cumplió su vida útil.
-Altos costos de bombeo de agua para uso potable y riego agrícola con reducidos niveles de pago del servicio.
-Crecientes problemas sociales entre el uso público urbano y el riego agrícola por la disponibilidad de agua.
-Grandes volúmenes de desperdicio de agua en el riego agrícola tradicional y escasa tecnificación.
-Poco avance y apoyo para la adopción tecnológica de métodos productivos sustentables como la agricultura de conservación, para aumentar el aprovechamiento de la lluvia y elevar la productividad en las zonas de temporal.
-Fuertes problemas para el cobro del servicio de agua por altos costos de tarifa eléctrica de los sistemas municipales.
-Problemas entre usuarios por la falta de agua al final de los sistemas de distribución.
-Crecientes conflictos sociales y gobernabilidad en comunidades que comparten las mismas fuentes de agua.
-Falta de infraestructura para la captación y aprovechamiento de la lluvia en edificaciones urbanas y en zonas rurales para el uso agropecuario y acuícola.
-Falta de una cultura de manejo, cuidado y aprovechamiento del agua entre la población.
-Desarrollar una cultura del manejo, aprovechamiento y cuidado del agua a través del sistema educativo con las nuevas generaciones
-Destinar mayores inversiones para el tratamiento y reúso de aguas residuales y, fortalecer la separación y reciclaje de la basura.
-Fortalecer el uso de energía solar para el bombeo de agua, que resuelva el problema de las altas tarifas existentes que hoy asfixian financieramente a los sistemas municipales y a las sociedades de riego agrícola.
-Vincular la reforestación con la protección de los acuíferos para recuperar la vegetación de las cuencas, la recarga natural de los manantiales y aumentar la vigilancia para prevenir incendios forestales.
-Fortalecer la adopción de la agricultura de conservación en zonas de temporal
-Aplicar programas de recarga artificial de acuíferos que reviertan la sobreexplotación y recuperen los volúmenes perdidos de agua de los pozos y manantiales.
-Recuperar el apoyo para tecnificación del riego agrícola, el bombeo solar y la rehabilitación de canales para reducir los desperdicios de agua, mejorar la productividad agroalimentaria y liberar volúmenes para uso público en centros de población.
-Crear una política financiera del sector hídrico, como una prioridad del presupuesto nacional, que conjuntamente con la participación privada asegure recursos para que estados y municipios puedan cumplir con sus obligaciones constitucionales.