Apenas ayer escribía en esta misma columna que el desorden que han generado las dirigencias estatales de Morena y del PAN traería consecuencias y estas no se hicieron esperar. 

Por parte del partido guinda, ese que pregona los abrazos, hay más de 200 denuncias ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). 

El tema principal de las quejas es por la designación de candidatos o la imposición de estos. También existen querellas por la falta de transparencia en los procesos de selección, la ausencia de espacios internos para impugnar las definiciones y algunas otras inconformidades. 

El costo para los mexicanos, porque somos nosotros con nuestros impuestos quienes pagamos a los magistrados, de tener un partido lleno de improvisados que no logran ni siquiera definir quién es su presidente estatal, es altísimo

Además del desgaste innecesario del TEPJF en temas que podrían y deberían solventarse al interior de Morena, existe una posibilidad muy alta de que terminen por desechar los expedientes o resolver sobre las rodillas las centenas de casos que desde Puebla les llegaron, simplemente porque los lopezobradoristas perdieron su partido en su afán de tratar de retener el poder. 

No se necesita ser adivino para adelantar que en unos días la cascada de ordenamientos y sentencias obligarán a los representantes de Morena a reponer los procesos de selección de candidatos y en una de esas, hasta transparentar el tema de las famosas encuestas que desde 2018 son, junto con los sorteos de la tómbola, la burla de la democracia. 

Militancia tumba al primero

En el PAN, aunque las cosas no han escalado hasta la Federación, lo cierto es que el método de selección vía dedazo, perdón, vía designación directa, también tendrá un efecto dominó

La militancia blanquiazul de San Andrés Cholula, un municipio que hasta 2018 fue el bastión nacional de los panistas, se armó de valor, reclamó fuerte y logró lo que parecía imposible, que la dirigencia diera marcha atrás. 

La precandidatura que se le había otorgado a Raymundo Cuautli pende de un hilo, uno muy delgado que podría romperse este fin de semana cuando se lleve a cabo la reunión de los liderazgos regionales que tratarán de ponerse de acuerdo para presentar, ahora sí, al candidato o a la candidata que pueda enfrentar a Morena.

De la reunión del domingo y de la operación cicatriz dependerá que los panistas cierren filas y realmente se conviertan en una opción fuerte que pueda recuperar el Ayuntamiento que durante años fue su refugio, o por el contrario, que simplemente permitan que los de enfrente les coman el mandado por no lograr la tan anhelada unidad. 

¿Podrán salir victoriosos? 

Veremos y diremos.