Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe del barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Con tantas pinches cosas que pasaron ayer, la Netflix es que me podría echar la plana completa. Desde cómo Clau cayó en desgracia y se llevó entre las patas a Morena en las Cholulas y compañía, hasta cómo el Congreso seguirá chambeando pa’ lo que diga el góber.

Todo eso está chido pa’ la cruda electoral, pero lo que en verdad puso a su héroe de barrio patitas pa’ arriba fue esta foto.

Y es que en cuanto fueron saliendo los resultados calientitos del PREP, varios de mis chismosos de barrio en Morena andaban, con tequila en mano, festejando la derrota de los personajes que el senador Armenta supuestamente metió con calzador.

Por supuesto no faltaron los bots que, en nado sincronizado, comenzaron a poner unos tuisters con la foto del expriísta en Tlaxcala alzándole la mano a la nueva góber y acusándolo de que se bajó de su barco poblano.

Pero tuvo que pasar menos de un día y un mensaje de esos que ni el Don Vito Corleone hubiera dado, pa’ que todos los chismes de corredor terminaran bien guardaditos en el bote de la basura.

Uno no quiere andar mal pensado, pero esa fotito, a menos que mis ojitos anden fallando, es digna pa’ llamarle al Chivo Lubezki y decirle que se arranque con la versión poblana de El Padrino.

Siguiendo los pasos de Carlo Rizzi, Armenta vino a buscar la bendición de Casa Aguayo pa’ arrancar la carrera del 2024.

Si no me creen tengo un compadre oculista que de a grapa les checa la vista.