El INE ha comenzado la reorganización de los distritos electorales, no sólo los federales, sino también los locales, así que al finalizar los trabajos y antes de que arranque oficialmente el proceso electoral 2023-2024, los partidos políticos y aspirantes, deberán conocer las letras chiquitas de las nuevas reglas.

Históricamente la redistritación ha sido polémica porque cada fuerza política tiene o no presencia en las demarcaciones actuales y una nueva división territorial puede beneficiar a un partido y perjudicar a otros.

En el morenovallismo, la redistritación local sirvió para restarle fuerza a la oposición y sumarle apoyos a Acción Nacional.

A nivel nacional, la Ciudad de México, que en 1970 llegó a tener 40 distritos federales, hoy sólo tiene 24 y con la nueva propuesta del INE se reducirán a 22; mientras que en Puebla recuperaremos una curul al pasar de 16 a 17.

Los ajustes geográficos, tanto local como nacional, deberán estar justificados con los datos del Censo de Población y Vivienda 2020, para que realmente las nuevas representaciones atiendan al crecimiento poblacional de las comunidades rurales y urbanas.

En el último proceso electoral, las zonas urbanas presentaron los resultados más cerrados, de ahí que habrá que revisar con lupa el mapa político actual de los distritos locales y federales, y claro, la propuesta final.

En los primeros bosquejos se prevé que Cuautlancingo sea una cabecera distrital a nivel federal y posiblemente local. De concretarse, Acción Nacional podría salir beneficiado al tener una mayor presencia en el municipio.

También está el caso de la Mixteca, donde el PRI se ha ido desinflando en los últimos años, al grado que perdió el distrito de Acatlán, que había mantenido Antorcha.

El borrador de las nuevas divisiones se presentará en noviembre y a principios de 2023 quedaría el documento final, así que quienes quieran llegar a San Lázaro, o a la 5 Poniente en 2024, deberán esperar tantito, pues de lo contrario podrían hacer campaña en el distrito equivocado.

El calvario de los poblanos en Edomex y la CDMX

El tema de la verificación continúa causando estragos a los poblanos que por negocios, salud o turismo tienen que viajar a la Ciudad de México, atravesando el Estado de México.

A pesar del pase turístico, que te permite deambular por 15 días en la capital del país, este documento resulta insuficiente para quienes requieren viajar en más ocasiones.

Es común ver a los agentes de la CDMX en la Calzada Zaragoza y a los policías del Estado de México en el Circuito Mexiquense atracando, extorsionando o mordiendo, a quienes conducen vehículos con placas del estado de Puebla.

Cada conductor les representa una entrada de entre mil y 5 mil pesos —según se deje el cliente— pues amenazan a los conductores con llevarse los vehículos que no tienen la verificación, al corralón.

Los gobernadores, la Jefa de Gobierno y la CAME que rige ambientalmente a la Megalópolis, deberían reunirse y llegar a un acuerdo que evite los abusos, sobre todo, en contra de los poblanos quienes continuamos sin verificentros para cumplir con el reglamento ambiental.

Y aunque existe la posibilidad de hacer una verificación voluntaria, la realidad es que son muy pocos los que logran librar el cerco policiaco para llegar a algún verificentro, sin ser presa de estos ladrones.