Quiubo, banda intolerante. Como ya se la saben, aquí les viene su héroe de barrio que les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense, porque me les vengo. Y conste que no les aviso dos veces.

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Vaya infierno se avecina en Morena luego que fuera detenida la dipu local suplente en el Distrito 15, Sandra Neli “C”, en poder, presuntamente, de armamento pesado, y junto con su pareja sentimental, Jesús “P”, en una casa de Tecamachalco.

Así como lo leen, mis carnales, a la morenista elementos de la Fiscalía de Puebla la cacharon ayer con las manos en la masa al catear un inmueble de la colonia Providencia.

En pocas palabras, les cayó la voladora y no supieron ni por dónde, cuando quisieron reaccionar doña justicia los había atorado.

La noticia, por supuesto, tronó como ejote. En la dirigencia de Morena luego, luego quisieron marcar distancia y no meter las manos al fuego por su dipu. Aristóteles Belmont, el secretario presidente, nomás alcanzó a decir que eran respetuosos del actuar de la ley.

De ese calibre la crisis morenista en estos momentos.

Pero rascándole al asunto, resulta que el esposo de Sandra Neli ya tenía una larga historia oscura en Tecamachalco, y dicen los que saben, que es generador de violencia en la zona.

Y eso no es todo mis valedores, porque también se le tendría en la mira por presunto tráfico de drogas y hasta de indocumentados.

Se cuenta allá en los pasillos de la Fiscalía que sería quien surte de armas al Toñín. Nomás pa’ que vean hasta dónde andan metidos estos morenistas.

Mientras son peras o manzanas, a estas joyitas ya las trasladaron ante el Juez de Control en espera que se definiera su situación legal, aunque de entrada, acá entre nos, nada bien les pinta la suerte.

Tal parece que en Morena no se cansan de cajetearla. Primero con los mano larga de Saúl Huerta, Mauricio Toledo y ahora está dipu suplente.

Se avecina un efecto dominó que podría alcanzar lo más alto de la política en el Congreso de Puebla y, en una de esas, hasta San Lázaro.

Conste que cantada vale doble, manada. ¡Hagan sus apuestas!